lunes, 25 de noviembre de 2019

Bahía de Ha Long (Vietnam)

Foto: Ángeles Alonso


Recibe más de un millón de visitas anuales, pero mantiene intacta esa belleza que siglo tras siglo ha servido como fuente inagotable de inspiración a pintores, poetas, escritores, turistas. 

Es un conjunto impresionante de más de tres mil islas, muchas de las cuales se podrían considerar como simples rocas por lo reducido de sus dimensiones. Algunas muestran una superficie bastante aplanada pero la inmensa mayoría son grandes peñascos casi verticales que surgen de las aguas del golfo de Tonkin, en el norte del país, muy cerca de la frontera china, en la provincia de Quang Ninh, y a 160 kilómetros al sureste de Hanoi.


Un geólogo diría que el conjunto de esta bahía se ha formado por la acción directa de agentes erosivos como la acción de cursos fluviales, del agua del mar, y a la facilidad con que la roca caliza se disuelve. En cambio, un viejo pescador nativo, nos convencería de que el mismo nombre del lugar indica su origen, Ha Long significa: «El dragón que bajó del cielo a la tierra».

Foto: Ángeles Alonso

Y cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años, cuando los vietnamitas luchaban contra los invasores chinos, pidieron ayuda a un dragón del cielo. Apiadado por sus lamentos, bajó a la tierra, pero al ser tan grande y pesado, cada vez que sus patas se apoyaban en el suelo se hundían hasta dejar un enorme hueco que se rellenaba con agua de mar. Los islotes serían los restos de tierra que quedaron en las zonas sobre las que el dragón no llegó a caminar. Sus formas recuerdan elefantes, conejos, ciervos, monos… Por el ambiente que crea la bruma del amanecer hasta podría ser la morada sagrada de muchos buenos espíritus.


Foto: Ángeles Alonso

La inmensa mayoría de las islas de la bahía están deshabitadas manteniendo un notable interés biológico. 

En ellas se han encontrado restos arqueológicos de distintas culturas. Tiene numerosas cuevas que se pueden visitar.


La bahía de Ha Long fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1994, y es una de las siete maravillas naturales del mundo.



Foto: Ángeles Alonso





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