lunes, 14 de septiembre de 2020

César García Martínez: Asalto a mano armada

 


Había una vez un chico llamado José Luis que tenía un máster en informática, y sentía rencor absoluto hacia la empresa «Envicilio» porque una maldita mañana le entregaron un cable, un marco de fotos y una caja de bolis en vez de un Ipad que era lo que había solicitado.

Gracias a su gran destreza pudo localizar al director de la empresa e ir a reclamar su paquete con un AK-47.

Una vez allí tiró la puerta de un codazo y gritó:

−Todo el mundo quieto.

Y despacito fue asesinando a los empleados de uno en uno hasta dar con el director, al que le reclamó su paquete y después de darle las gracias, lo mató.

Christian, un becario, que desde hacía unos pocos meses trabajaba allí, se escondió en un armario y pudo llamar  desde su móvil a la policía.

A los cinco minutos se presentaron tres agentes de policía, y José Luis los amenazó con el arma, pero los polis como si le hablaran a un niño le dijeron:

−Venga, nos vamos relajando. Suelta el arma.

−Ja, como si vosotros me mandarais a mí –y preparó el arma dispuesto a disparar.

Los polis no perdieron tiempo y con un taser −arma de electrochoque− lo electrocutaron.  Luego lo llevaron a prisión.

Y Christian, con los años, se quedó a cargo de la empresa.  

                                   



   FIN             

 

 

© César García Martínez

9 años

2 comentarios:

  1. Me encanta que un niño de nueve años empiece a escribir y tenga imaginación. Felicidades, César.

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    1. Decía José Martí: "Los niños son la esperanza del mundo". Gracias Blanca por tu comentario.

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