Esta novela de intriga que se
desarrolla entre Londres y Suecia, me la puso en las manos mi hija, a la que
apasionan este tipo de historias y más si tienen tintes nórdicos como es el
caso. No soy yo muy aficionada a la novela negra, aunque si alguna se me pone
por delante no desaprovecho la oportunidad.
Me costó engancharme al
inicio, seguro que más por cierta falta de atención por mi parte que porque la
historia no tuviera interés. Me suele ocurrir que, con nombres y localizaciones
tan alejados, me cueste orientarme y seguir la historia con fluidez; pero, una
vez pasadas las primeras páginas, la trama de la novela me enganchó tanto que
no he dejado el libro hasta dar fin de sus páginas.
Emily Roy, famosa criminóloga
investiga en Londres los terribles asesinatos de dos niños que aparecen con la
tráquea seccionada, los ojos enucleados y un enigmático símbolo grabado en el
brazo.
En Suecia se encuentra, con
el mismo tipo de heridas, el cuerpo de una mujer joven. Será este último
hallazgo, el que ponga en contacto a la criminóloga con Alexis Castells,
escritora especialista en asesinos en serie. Las dos se sumergen en la difícil
tarea de investigar los terribles asesinatos lo que las llevará hasta otra
época, 1944 y otro lugar, el campo nazi de Buchenwald.
Es una novela escrita con un
ritmo fluido, intriga y sorpresas suficiente para que no decaiga nuestro
interés. La extensión de los capítulos ayuda. La trama alterna épocas y
lugares: la actual, a caballo entre Suecia y Londres y la pasada, el campo de
concentración de Buchenwald en 1944, hasta donde nos hace viajar la autora para
llegar a entender el motivo de tanto ensañamiento.
Block 46 es la primera novela
de la autora francesa, Johanna Gustawsson, cuyo abuelo fue un superviviente del
campo nazi del que nos habla, y también, la primera de una serie de entregas
protagonizadas por la investigadora y la escritora.
Recomendable al cien por
cien.
© Julia de Castro
Mi otoño en libros 2020
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