martes, 18 de enero de 2022

Paseos por Madrid: Carrera de San Jerónimo

 

Carrera de San Jerónimo con la Puerta del Sol al fondo.

 

Sin duda se le dio este nombre en el siglo XVII por ser antes de calle el camino que llevaba al monasterio de los monjes jerónimos. Se abrió en 1538. Tiene dos tramos bien diferenciados: el primero sale de la Puerta del Sol casi paralelo a la calle Alcalá hasta llegar a la Plaza de Canalejas; el segundo va camino de San Jerónimo el Real desembocando en la Plaza de las Cortes.

Tiene mucha historia esta carrera. La primera proyección cinematográfica en España ocurrió en esta calle, en 1896. Fue una de aquellas películas de veinte metros hechas por los hermanos Lumière. La entrada costaba una peseta y al mes del estreno la había visto el «todo Madrid» incluida la familia real.

En la acera de la derecha donde nace Espoz y Mina se hallaba el convento de la Victoria. También estuvo el Hospital de San Pedro de los italianos. Dos antiguos edificios, la Torrecilla de la Música y el convento de las monjas de Pinto fueron derribados durante la desamortización de Mendizábal.

El restaurante Lhardy ubicado en el número 8 de esta calle fue inaugurado en el año 1838, poniéndose de moda en la época isabelina. Está considerado uno de los primeros y más antiguos restaurantes de Madrid. Y sigue estando de moda el entrar a tomar el consomé servido en el samovar, a modo de auto servicio, los dulces con el lazo característico y el comer, si el bolsillo lo permite, en sus salones. Benito Pérez Galdós iba a comer allí el cocido con todos los «sacramentos» culinarios, y llegó a decir que: «Lhardy vino a Madrid a poner corbata blanca a los bollos de tahona».  

No lejos de Lhardy estuvo La Fontana de Oro, una fonda muy popular, lugar de reunión y tertulia política que hizo mucho ruido en tiempos de Fernando VII. Esta fonda dio nombre a la primera novela de Pérez Galdós.

El teatro Reina Victoria construido por José Juan Cadenas acabó con la famosa Cervecería Inglesa, lugar de encuentro de los jóvenes literatos de la época.  

La Casa Mira, en el número 30, fue inaugurada por el confitero de Jijona, Luis Mira, que al parecer comenzó su andadura vendiendo turrones en un puesto callejero de la Plaza Mayor de Madrid. Es famosa por la elaboración y venta de turrón, mazapán, dulces navideños, peladillas… 

Y muchas cosas más que me dejo en el tintero.



No dejéis de recorrer y admirar esta madrileña carrera

 

 

 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario