viernes, 25 de marzo de 2022

Librería Selexyz Dominicanen: Un templo para libros

 


 

Si visitamos Maastricht, esa bonita ciudad situada en ambas orillas del río Mosa, en los Países Bajos, podemos encontrar una librería entre los muros góticos de una iglesia del siglo XIII.

 

Corría el año de 1294 cuando allí se levantó una iglesia gótica consagrada a la orden de los Dominicos. Se cree que fue en la última década del siglo XVIII, durante la invasión del país por las tropas francesas, cuando el edificio religioso quedó clausurado. A pesar de quedar abandonada por más de doscientos años, la iglesia no se convirtió en una ruina. Por suerte en el año 2006, después de haber servido para diferentes usos, entre ellos el de almacén de bicicletas, un grupo empresarial decide revitalizar el edificio y el resultado ha sido un éxito rotundo. Hoy está considerada una de las librerías más bonitas del mundo.

Los arquitectos Merkx y Girod fueron los encargados de diseñar el nuevo espacio interior. E idearon dejar el lateral izquierdo en toda su altura, para en el lado derecho construir una pasarela monumental de acero, que va ascendiendo, y así los visitantes pueden caminar entre libros por sus distintos niveles. Al alcanzar el nivel superior se aprecian, de cerca, las pinturas murales y las colosales dimensiones de la iglesia. Es un momento mágico. Tienes la impresión de formar parte de la literatura, el arte y la historia.

En tan sólo 750 metros cuadrados de superficie los arquitectos consiguieron desarrollar los 1200 metros cuadrados de espacio comercial que se requerían. El acero negro empleado para las estanterías, mobiliario y en la construcción de las pasarelas, da una sensación de ligereza y transparencia a pesar de su tamaño. Y lo más importante es que está en sintonía con los gruesos muros de piedra, con los grandes ventanales góticos que brindan luminosidad al interior creando un ambiente de recogimiento, casi místico, los altos techos de bóvedas nervadas parece que te llevan hacia las alturas.

 

La librería cuenta con una cafetería ubicada en el ábside, destacando una mesa imponente por su gran tamaño y su diseño en forma de cruz, donde los clientes disfrutan de un momento de ocio, bebiendo y leyendo esos objetos maravillosos llamados libros, bajo una luz que recuerda la iluminación de las velas. Desde las altas columnas de piedra los carteles anuncian las novedades editoriales.

El proyecto ganó el prestigioso premio Lensvelt, de diseño de arquitectura interior, en 2007.

 


© Fotos arquitectos: merkx-girod

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