La noche ha sido muy fría
y nací yo... de la humedad de tu
mirada,
para quedarme prendida en la
epidermis de tu piel.
Soy una gota de rocío que
despierta cada amanecer
junto a los pétalos de tu miel.
Recorro el envés verde
azulado de tus hojas,
me acurruco en los nervios
curvilíneos de tu cutícula
y ondulo mi fluir a tu semblante
acompasado.
A veces me asusto
cuando la
mandíbula de una hormiga
asoma majestuosa trepando por tu
tallo.
Un arco iris me regala el rayo
de sol
y te envuelvo en un mundo
multicolor.
Sé que desapareceré a lo largo
del día,
pero todas las noches claras y
tranquilas
despertaré de nuevo a tu lado;
para recordarte que «soy una
gota de rocío»
que se quedó prendada de tu
cariñosa mirada.
© Sol
Cerrato Rubio
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