jueves, 21 de noviembre de 2024

Blanca del Cerro: Un gran acontecimiento

 



        Todos se dirigían al parque. Al principio fueron unos pocos a los que atrajeron los murmullos que corrían de boca en boca, y a continuación se fueron uniendo multitud de cotillas, de curiosos, de observadores y de fisgones, porque nadie podía creerse lo que habían escuchado, lo que se decía y comentaba, porque los rumores aumentaron y aumentaron, porque aquello que se oía no podía ser posible. Sí lo había sido, allá en épocas pasadas, pero en aquellos tiempos modernos y tecnológicos, resultaba bastante difícil, por no decir casi imposible a estas alturas de la vida.

        Y la multitud fue aumentando a medida que recorría las calles. La noticia saltaba de boca en boca. A ellos se unieron algunos periodistas, una cadena de televisión, dos emisoras de radio y algunos medios independientes, sin olvidar a ciertos influencers, a los que pareció curioso lo que estaba ocurriendo. Lo comentarían en sus canales

        Cada vez eran más, y las calles se llenaron hasta llegar a su destino.

        Las puertas del parque permanecían abiertas, como solía ser habitual. Por allí paseaban parejas, familias, mujeres acompañadas de niños, algún ente solitario, y seres de lo más variopinto, porque hacía un día espléndido y el sol acariciaba con un encanto especial.

        La multitud, ya formada por varios cientos de personas, avanzó por las veredas, todos comentaban, todos iban a ver lo que parecía imposible, todos continuaron caminando hasta llegar a un claro. Se detuvieron al unísono, contemplaron, admiraron, suspiraron, abrieron los ojos, sin palabras, con gestos de sorpresa, de incredulidad y de escepticismo

        Y allí, sentada sobre una piedra, rodeada de naturaleza, ajena a todo lo que sucedía a su alrededor, había una joven rubia y muy bella y, ¡oh, maravilla de las maravillas!, estaba leyendo un libro.

 

©Blanca del Cerro

 

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