miércoles, 25 de diciembre de 2024

Noche de Paz, noche de Amor

 

Cada 25 de diciembre el mundo entero canta un villancico que nació en una aldea de Austria, cerca de Salzburgo, llamada Oberndorf, allá por 1818.

Aquel día, en la iglesia de san Nicolás no había mucha alegría, que digamos.  El órgano no funcionaba por mucho que se presionaran los pedales. El padre Joseph Mohr estaba desesperado. Los villancicos hasta ese momento conocidos no iban bien con la guitarra que era lo que tenía a mano. Así que decidió componer uno. Ya dispuesto con una hoja de papel en blanco y una pluma de ave, su pensamiento voló a aquel humilde nacimiento, ocurrido hace 2023 años. Y escribió estos versos sencillos, como un poema infantil, y relató el milagro de la Navidad.

Pero le faltaba la música y recurrió a un buen amigo y buen compositor, Franz Xaver Gruber que era maestro en la vecina aldea de Arnsdorf. Al leer los versos del padre Mohr, Gruber comenzó a trabajar. Utilizando tres acordes básicos, el maestro entretejió una melodía sencilla y evocadora. No disponían de tiempo para ensayar y acordaron que el sacerdote tocaría la guitarra y cantaría la canción, mientras el maestro lo acompañaría con su voz de bajo. Al final de cada estrofa el coro se les uniría para entonar el estribillo.

A medianoche el sacerdote con la guitarra en las manos, explicó la avería del órgano, los tranquilizó, que no se preocuparan, que tendrían música y canción. Aquel villancico creado para resolver una dificultad bien pudo quedarse en el olvido, sin embargo, en 1824 o 1825 el órgano volvió a dar problemas. La parroquia contrató a un célebre constructor de órganos, llamado Carl Mauracher, para que lo arreglara. El viejo organista encontró la canción de Mohr y Gruber, le cautivó y la dio a conocer.

A partir de ese momento la letra y la música se difundieron con rapidez por todo el mundo. Hoy se canta en muchas lenguas: desde el alemán hasta el japonés, desde el afrikáans hasta el suahili, desde el español hasta el ruso.

Durante la tregua de Navidad de 1914, los soldados alemanes en las trincheras del frente occidental lo comenzaron a cantar y a sus voces se unieron las de los soldados británicos situados al otro lado de la tierra de nadie. En un campo de concentración siberiano los prisioneros alemanes, austriacos y húngaros entonaron esta melodía aquel mismo año.

Es la magia de esta canción.

Existen numerosas versiones y fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2011.

Los historiadores coinciden en que el texto de la canción expresa un profundo anhelo de paz, esperanza y consuelo.

Cantemos:

 

Noche de paz, noche de amor,

todo duerme en derredor

entre los astros que esparcen su luz

brilla anunciando al niñito Jesús.

 

Brilla la estrella de paz.

Brilla la estrella de paz.

 

Noche de paz, noche de amor,

Jesús nace en un portal,

llene la tierra la paz del Señor,

llene las almas la gracia de Dios.

 

Porque nació el Redentor.

Porque nació el Redendor.

 

Noche de paz, noche de amor.

Todo canta en derredor

clara se escucha la voz celestial

llamando al hombre al pobre portal.

 

Dios nos ofrece su amor.

Dios nos ofrece su amor.

 


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