viernes, 30 de diciembre de 2016

Felipe Guamán Poma de Ayala (1534-1615): Nueva crónica y buen gobierno de este reino.


Guamán Poma e indios que por sus tocados se distinguen
 como procedentes de varias provincias y de varios rangos.
 




I


A través de los ojos de este cronista indígena de la época del virreinato del Perú, conoceremos cómo, cuándo, qué cultivaban y de quién era la tierra.

Guamán Poma, «águila tigre en quechua», fue el autor del manuscrito “Nueva crónica y buen gobierno de este reino”, que envió a Felipe III en 1615. Es uno de los libros más originales de la historiografía mundial. La obra estuvo en el archivo de Simancas, luego en el archivo de Indias en Sevilla, y de alguna manera acabó en la Biblioteca Real de Coppenhague, donde en 1908 la encontró Richard Pietschsman, quien la presentó en un congreso de americanistas. Paul River hizo una edición facsímil.

El valor de esta obra es incalculable por sus 1200 páginas manuscritas y sus cuatrocientos grabados que informan de la historia del mundo andino, de los incas, su sociedad, de la conquista y de los primeros años de la historia colonial.

El imperio incaico floreció en el territorio llamado Tahuantinsuyo que comprendía los actuales países de Sudamérica: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.




La agricultura.


Hace más de diez mil años prácticamente los hombres vivían de alimentos silvestres. El por qué, cómo y dónde surgió el arte de la agricultura sigue siendo un misterio. Para unos y otros el acicate pudo ser la presión demográfica; que la familiaridad llevó a la manipulación… Lo que parece cierto es que las nuevas relaciones entre el hombre y el medio constituyó la base para el desarrollo de todas las civilizaciones.

La agricultura en época incaica era la base de la economía estatal y el mismo inca era quien daba la señal del comienzo de las distintas labores.

El maíz puede llegar a sembrarse hasta unos tres mil ochocientos metros de altitud junto con la yuca, la calabaza. En cambio la papa alcanza hasta los cuatro mil quinientos setenta y cinco metros, a estas alturas también se cultiva la quinua y la oca.

Unos son más característicos de las tierras bajas mientras que los otros lo son de las altas. Cuando es época de lluvia en la sierra no lo es en el llano. Hasta tienen distinta época para las enfermedades.

Entre las formas de cultivo encontramos la individual y la colectiva. Cada familia cultiva su tupu; en cambio, las tierras del Inca, de los templos y de los miembros de la comunidad que estaban incapacitados para el trabajo eran labradas por el conjunto de los miembros de la comunidad bajo la dirección de un jefe. La minga era la prestación colectiva que incluía trabajos adicionales.

La tierra pertenecía al Inca y este la repartía bajo un sistema tripartito:

Tierras de la comunidad. Los lotes eran en usufructo. La unidad de cultivo para un matrimonio sin hijos era el tupu, por cada hijo se le daba otro tupu y por cada hija medio tupu. Esto nos da indicios de la posición que la mujer ocupaba en la sociedad inca.

Tierras del Inca. No se puede precisar su extensión. Son las tierras del Estado.

Tierras del Sol. Su superficie tampoco se puede precisar. Se cree variaba según el número de sacerdotes, importancia de los templos…





Continuará...




Portada de la Primera 
“Nueva crónica y buen gobierno de este reino”

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