viernes, 5 de diciembre de 2014

Ramón L. Fernández y Suárez: La ciudad perdida (The Lost City)




Película norteamericana de 143 minutos de duración producida y dirigida en 2005 por Andy García, sobre un guión desarrollado por Guillermo Cabrera Infante (G Caín) e interpretada por su director, la actriz española Inés Sastre y Tomás Millián en los papeles principales.

Como ya su nombre indica, la trama tiene como protagonista omnipresente a la capital de la república cubana durante un lapso temporal que se extiende a través de los años cincuenta y los primeros de la década siguiente del pasado siglo. Se hace necesario enfatizar el aspecto temporal dado que es éste un elemento esencial en los hechos que  se narran.

Película articulada desde la memoria emocional de un niño emigrado que evolucionó lejos de su tierra, pero que creció inmerso en la nostalgia que presidió el entorno familiar. El personaje que encarna el rol protagonista destila, en todo momento, la autenticidad de un perfil social que, tras el paso de más de media centuria, tiende naturalmente a desaparecer. Los avatares de su vida, desafortunada e injustificablemente sacados de la realidad histórica, constituyen una panorámica de los tiempos vividos por toda una generación.

La modelo-actriz Inés Sastre supo aprovechar su oportunidad dorada al situar su nombre entre figuras eminentes del séptimo arte, tales como el propio Andy García, el veterano Dustin Hoffman y Tomás Millián. Su fisonomía y dotes interpretativas le permiten dar la imagen y el tono necesario a su actuación.

Párrafo aparte en este comentario merece la banda sonora que, no solo acentúa, pero también diríamos sostiene el argumento. En este film la música es protagonista, como otrora lo fue en La Misión y en Charriots of Fire (Carros de Fuego). La selección de temas e intérpretes destacados de la contemporaneidad isleña, a pesar de sus recreaciones más o menos acertadas, vigoriza cada escena desde posiciones históricas y artísticas.

Por motivos evidentes los exteriores no fueron rodados en aquellos enclaves donde transcurren los hechos. No obstante, y ello aporta cualidades positivas a su haber, el film exhibe momentos de imágenes documentales que enriquecen el balance general. La Historia, contada de modo directo y sin ambages, muestra las vivencias de toda una generación que, viéndose obligada al exilio y a la emigración, perdió su marco referencial, pero que,  considerado en su conjunto, conservó la memoria del período más brillante de la ciudad consagrada a San Cristóbal, allá por 1519. Esa ciudad dinámica, alegre y vivaz, aún dentro de sus claroscuros, es la ciudad perdida a la cual hace referencia el título. No existe ya para quienes la abandonaron ni para aquellos supervivientes que sin marcharse vieron apagarse lentamente sus destellos luminosos. Ciudad perdida junto al mar cual Troya abandonada por Eneas.





© Ramón L. Fernández y Suárez





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