La adoración de los Reyes Magos Alberto Durero |
Días de Paz, de luces y colores, de alegrías, de familia, de amores y alejados rencores.
Ella,
sentada en la cocina, con tristes ojos miraba a través de las ventanas, las
guirnaldas rojas colgadas en los balcones.
-Me iría a pasear -se decía. ¿Pero con quién?
Y la soledad de nuevo le invadía.
Reposando
su cabeza sobre su mano temblorosa, los recuerdos le afloraban en un baile
sosegado, auroras de amaneceres en sus pupilas clavadas.
Silencios
acomodados en una casa donde antaño sonaban canciones, pasitos cortos unidos a
pequeñas voces, que en las grietas de sus viejos techos albergaba sin temores.
Volvió
a mirar sin moverse de la silla a través de sus gruesas lentes y volvieron a
surgir las luces titilantes en los majestuosos balcones adornadas con alegres y
coloreadas flores.
Se
levantó despacito y acompañando al silencio se dirigió al salón.
Su
única compañía un viejo sillón, un jarrón de porcelana y una antigua
televisión. Un reloj inquieto le marcaba las horas rompiendo el vacío de su
fría habitación.
-Me gustaría salir, pasear
entre la algarabía de la gente, abrazarles y expresar mis emociones. ¿Pero con
quién?, --se repetía
una y otra vez.
Imprevistamente
un teléfono sonó.
-¿Quién es? -Dijo acelerada rompiendo la
monotonía del día a día, sintiendo como su corazón de nuevo emocionado latía.
-Mamá, soy yo. Una voz dulce y cariñosa respondía.
¿Qué
haces? ¿Cómo estás?
-Muy bien hija -contestó la anciana-. Estoy aquí, frente al
televisor sentada.
En
segundos la puerta se abrió. Niños cantando, panderetas y zambombas y un río de
amor se deslizó por todas las rendijas de aquella silenciosa casa.
Tiempos
de guerra y humanidad, rescatemos a los ancianos de su triste soledad, a los
niños privados de sueños, a los jóvenes perdidos en un futuro incierto, démosles
nuestro cariño, el mayor tesoro que todos tenemos y que nuestra alma puede
regalar sin compromisos, sin pretextos.
Abramos
nuestros corazones y entreguemos todo nuestro amor porque la vida se compone de
eso, de pequeñas acciones que hacen de este Mundo, un Mundo mejor.
Estamos
en Navidad, disfrutemos con ellos.
© María
del Carmen Aranda
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