martes, 10 de abril de 2018

Presentación de "La huella de los Adioses": Charlando con amigos



Gracias a todos por estar aquí, gracias por vuestra amistad. Hoy es un día especial para mí. Muchos de vosotros me habéis alentado a que me atreviese a dar este salto. Con mis relatos quedabais hambrientos de palabras, que os tenía a dieta, me decíais.

He de confesar que sentía temor. Y lo sentía pues para mí, los lectores se merecen el mayor de los respetos. Lo mío son los cuentos, pensaba.

Una noche soñé que me susurraban al oído que no fuera cobarde, que hiciera realidad mis quimeras, si anhelaba escribir una saga familiar, en la que los personajes hablaran de sus afanes, de su vida errante… que me dejara de miedos absurdos y que lo hiciera. Puesto que ya tenía un borrador, debía primero, durante un tiempo, callar, escuchar y aprender. Para todo es necesario un aprendizaje, me animaban.

Mi ángel de la guarda, que sabéis es bastante espabilado, tanto que se buscó las mañas para venirse conmigo desde Cuba, me condujo hasta la persona adecuada, esa que me enseñaría a hilar, a estructurar de forma literaria todo lo que rondaba dentro de mi cabeza. Y aquí está a mi lado. Jorge Eduardo Benavides, al que doy las gracias públicamente por todo lo que he aprendido con él. Es profesor de escritura creativa y dirige el Centro de Formación de Novelistas, además de ser uno de los mejores escritores de la narrativa actual.

También a mi lado se encuentra Malena Teigeiro, compañera de letras que fue la primera en leer aquel esbozo y me animó a continuar. Ella ama a Cuba y ojalá algún día nos deleite con una novela sobre los reyes del azúcar.

Entre vosotros, escondido, está Pablo Aguilera San Frutos, diseñador de mis libros. Le deseo un gran porvenir en este mundo que ha elegido: el de la animación. Es un gran dibujante y un chico excepcional.

No sé por dónde andarán Chiqui y Alberto. Son los mandamases de Editorum, los que han hecho posible la publicación de la novela. Son grandes profesionales, grandes personas. Chiqui me obsequió con unas palabras que nunca olvidaré: Tus personajes, dijo, se me salen del ordenador, y no sabes el esfuerzo que tengo que hacer para devolverlos a la pantalla. A ella le encantó Zobeida. Gracias a los dos por todo lo que me habéis ayudado.

Considero que con lo dicho y visto en los audiovisuales tenéis una idea aproximada de lo que trata «La huella de los Adioses».

Recordad cuando estéis leyendo que no es la historia de mi vida. No. Son las vivencias de muchas personas que, por unos motivos u otros, han tenido que emigrar. Lo que sí es cierto es que los lugares donde se desarrollan los acontecimientos, sí son entrañables para mí. 
San Cristóbal es el pueblo donde nació mi madre y aquí, hoy, tenemos a una familia amiga de ese bonito pueblo. En Tiedra nació mi padre y también, entre nosotros, están algunos tiedranos. Los Palacios es nuestro pueblo, el de mi hermana y el mío. Su iglesia de Jesús de Nazareno la tenéis en la portada y la carta que aparece debajo con esa letra a plumilla la escribió nuestra abuela, la de España, ‒la otra abuela era la de Cuba‒ dando la enhorabuena a mis padres por su matrimonio. 

Hay dos cartas que aparecen dentro de la contraportada. Es la letra de mi madre. Una es la primera carta que escribió tras nuestra salida. Y la segunda da cuenta de los trámites que estaban haciendo, diez años más tarde, para poder reencontrarse con nosotras.  

Pretendo que la novela sea un homenaje al lugar donde se nace, a la familia, a esas buenas amistades que perduran y son inquebrantables… aunque se piense de manera diferente, aunque la distancia las separe.

La vida nos lleva por derroteros que ni siquiera imaginamos, pero si somos honrados con nosotros mismos, si actuamos de buena fe, no es precisamente culpa nuestra, si esposos, amigos, amantes y gobiernos nos decepcionan.  

Espero que disfrutéis con esta mi primera novela, porque los sentimientos, el desarraigo, las alegrías, las añoranzas están escondidas entre las líneas de este libro que con tanto esfuerzo y amor he escrito para vosotros.

Gracias de nuevo por estar aquí. Y termino para no emocionarme más de lo que estoy.



Marieta Alonso Más



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