Gracias a todos por estar
aquí, gracias por vuestra amistad. Hoy es un día especial para mí. Muchos de vosotros me
habéis alentado a que me atreviese a dar este salto. Con mis relatos quedabais
hambrientos de palabras, que os tenía a dieta, me decíais.
He de confesar que sentía
temor. Y lo sentía pues para mí, los lectores se merecen el mayor de los
respetos. Lo mío son los cuentos, pensaba.
Una noche soñé que me
susurraban al oído que no fuera cobarde, que hiciera realidad mis quimeras, si
anhelaba escribir una saga familiar, en la que los personajes hablaran de sus afanes,
de su vida errante… que me dejara de miedos absurdos y que lo hiciera. Puesto
que ya tenía un borrador, debía primero, durante un tiempo, callar, escuchar y
aprender. Para todo es necesario un aprendizaje, me animaban.
Mi ángel de la guarda,
que sabéis es bastante espabilado, tanto que se buscó las mañas para venirse
conmigo desde Cuba, me condujo hasta la persona adecuada, esa que me enseñaría a
hilar, a estructurar de forma literaria todo lo que rondaba dentro de mi
cabeza. Y aquí está a mi lado. Jorge Eduardo Benavides, al que doy las gracias
públicamente por todo lo que he aprendido con él. Es profesor de escritura
creativa y dirige el Centro de Formación de Novelistas, además de ser uno de
los mejores escritores de la narrativa actual.
También a mi lado se
encuentra Malena Teigeiro, compañera de letras que fue la primera en leer aquel
esbozo y me animó a continuar. Ella ama a Cuba y ojalá algún día nos deleite
con una novela sobre los reyes del azúcar.
Entre vosotros,
escondido, está Pablo Aguilera San Frutos, diseñador de mis libros. Le deseo un
gran porvenir en este mundo que ha elegido: el de la animación. Es un gran
dibujante y un chico excepcional.
No sé por dónde
andarán Chiqui y Alberto. Son los mandamases de Editorum, los que han hecho
posible la publicación de la novela. Son grandes profesionales, grandes
personas. Chiqui me obsequió con unas palabras que nunca olvidaré: Tus
personajes, dijo, se me salen del ordenador, y no sabes el esfuerzo que tengo
que hacer para devolverlos a la pantalla. A ella le encantó Zobeida. Gracias a
los dos por todo lo que me habéis ayudado.
Considero que con lo
dicho y visto en los audiovisuales tenéis una idea aproximada de lo que trata «La huella de los Adioses».
Recordad cuando estéis
leyendo que no es la historia de mi vida. No. Son las vivencias de muchas personas
que, por unos motivos u otros, han tenido que emigrar. Lo que sí es cierto es
que los lugares donde se desarrollan los acontecimientos, sí son entrañables
para mí.
San Cristóbal es el pueblo donde nació mi madre y aquí, hoy, tenemos a
una familia amiga de ese bonito pueblo. En Tiedra nació mi padre y también,
entre nosotros, están algunos tiedranos. Los Palacios es nuestro pueblo,
el de mi hermana y el mío. Su iglesia de Jesús de Nazareno la tenéis en la
portada y la carta que aparece debajo con esa letra a plumilla la escribió nuestra
abuela, la de España, ‒la otra abuela era la de Cuba‒ dando la enhorabuena a
mis padres por su matrimonio.
Hay dos cartas que aparecen dentro de la
contraportada. Es la letra de mi madre. Una es la primera carta que escribió
tras nuestra salida. Y la segunda da cuenta de los trámites que estaban haciendo, diez
años más tarde, para poder reencontrarse con nosotras.
Pretendo que la novela
sea un homenaje al lugar donde se nace, a la familia, a esas buenas amistades
que perduran y son inquebrantables… aunque se piense de manera diferente,
aunque la distancia las separe.
La vida nos lleva por
derroteros que ni siquiera imaginamos, pero si somos honrados con nosotros
mismos, si actuamos de buena fe, no es precisamente culpa nuestra, si esposos,
amigos, amantes y gobiernos nos decepcionan.
Espero que disfrutéis
con esta mi primera novela, porque los sentimientos, el desarraigo, las
alegrías, las añoranzas están escondidas entre las líneas de este libro que con
tanto esfuerzo y amor he escrito para vosotros.
Gracias
de nuevo por estar aquí. Y termino para no emocionarme más de lo que estoy.
Marieta Alonso Más
No hay comentarios:
Publicar un comentario