sábado, 25 de mayo de 2019

Ermita de San Baudelio de Berlanga




En lo alto de una colina cerca de Casillas de Berlanga, en Soria, se alza la ermita mozárabe de San Baudelio ‒mártir galorromano del siglo IV‒ construida hacia el 1100 en la margen sur del Duero a su paso por la provincia soriana.

Pilastra central

Monumento de gran interés por su arquitectura y por sus pinturas románicas, excepcionales. Se le ha llegado a llamar «Capilla Sixtina del arte mozárabe». Del centro de la nave, de apenas 80 metros cuadrados y con forma de cubo, surge una columna cilíndrica de la que salen ocho nervaduras en forma de palmera que se prolongan en los arcos de herradura que soportan la bóveda. El arabismo es evidente en la linterna y en la tribuna. La techumbre es de teja, pero hasta 1894 fue de piedra sillar.
Arcos de herradura sostienen la tribuna

En el exterior del ábside se encuentra una necrópolis rupestre con más de dos decenas de tumbas antropomorfas toscamente talladas, orientadas de este a oeste y cubiertas por lajas.

El monumento fue ignorado hasta 1907, su divulgación hizo que, veintitrés fragmentos de los frescos que adornaban sus muros fuesen arrancados y traspasados a lienzo para ser llevados a Estados Unidos, donde se reparten entre los museos de Boston, Indianapolis, Cincinnati y The Cloisters de Nueva York. En 1957 seis de esos fragmentos se trajeron al Museo del Prado como depósito temporal indefinido del Metropolitan Museum of Art de Nueva York; a cambio, el MET se quedó con el ábside románico de San Martín de Fuentidueña (Segovia). Las salas del Museo del Prado donde se exponen reproducen la arquitectura interior de San Baudelio.

A Gerardo Diego la ermita y la historia del expolio le inspiraron estos versos:

‒Que no. ‒Sí; madre, que sí.
Que yo los vi.
Cuatro elefantes
a la sombra de una palma;
los elefantes, gigantes.
‒¿Y la palma? ‒Pequeñita.
‒¿Y qué más?
¿Un quisco de malaquita?
‒Y una ermita.
‒Una patraña,
Tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña
con ovejas trashumantes.
‒No. Más bien una mezquita
tan chiquita.
La palma
me llevó el alma.
‒Fue solo un sueño, hijo mío.
‒Que no, que estaban allí,
Yo lo vi,
los elefantes.
Ya no están y estaban antes.
(Y se los llevó un judío perfil de maravedí).

Elefante portando un castillo

Imprescindible verla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario