Sueños que se rompen como una copa de vino
desmoronándose en el frío suelo de la noche.
Días tristes y llenos de cristales.
Recibe el impacto en su mejilla
y en sus ojos brotan lágrimas amargas.
Tardes llenas de pañuelos.
¡Sobreponerse, incorporarse y no dejar
que el desánimo
acampe a sus anchas!
Volver a soñar con tu sonrisa
tu voz penetrante,
perturbadora.
¡Así es como yo me miro hacia adelante!
Pero a él le ha cambiado la expresión de su cara,
no
consigue reponerse.
Ese sueño que masticamos y ahora se desvanece,
entre telarañas de olvidos y agobiantes atascos
matinales,
entre cañas de cervezas y el negro humo de los coches.
El calor asfixiante que envuelve nuestras manos
confisca nuestras mentes y ensordece nuestros
poros.
Los emoticonos se agolpan en los mensajes.
los arboles languidecen en las aceras.
Los besos se tiñen de pasiones.
Levantarse,
mirar al cielo, respirar hondo…
reírse de uno mismo, caminar hacia el futuro
Y SIEMPRE seguir soñando.
© Sol Cerrato Rubio
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