Mi marido acababa de dar
portazo a quince años de matrimonio. Me quiso convencer de que sentía dudas, necesitaba
espacio, todo era culpa mía. Lo que experimenté en aquel momento es difícil de
describir. Comencé a recorrer toda la casa y entre vuelta y vuelta me acerqué
al ventanal para verle por última vez. Vi a una rubia platino consolándole a
base de besos. Luego se fueron en un coche. Maldito macho cabrío.
No podía apartarme de la
cristalera, ni dejar de mirar la calle desierta. La única nota de color la daba
un cartel con un gato de espaldas y el mar de frente. Emanaba soledad. Reconocí
el lugar.
He de superar esto, me decía,
pero solo era capaz de pensar que la venganza era hermosa. Debería morirse. Era la frase que me rondaba la cabeza. No eres
agresiva, tranquilízate, verbalizaba mi otro yo.
Volví a mirar el cartel y decidí
marchar hacia aquel barrio de pescadores, aquel suburbio que hacía gala de su carácter
arrabalero en busca de aquel gato.
La tarde la pasé dando un
paso detrás de otro por la fría arena envuelta en mis lúgubres pensamientos.
Vive y deja vivir, decía mi madre. Pero ella nunca se vio en mi circunstancia. A
ratos recordaba a lo que había ido allí y miraba alrededor. Nada. Y volvía el
dolor. ¿Por qué? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Me acerqué a un viejo
pescador, remendaba su red recostado a una barca que oscilaba bocabajo sobre
una piedra. A su lado un cubo de agua encerraba los peces capturados.
‒¿Qué tal se ha dado el día?
‒Mejor que ayer ‒y siguió
faenando.
‒He visto un cartel…
Sin decir palabra empujó
hacia la arena la popa para que la proa se alzase y allí estaba el más hermoso gato,
el del anuncio. Me miró, le sonreí, y ronroneando saltó a mis brazos.
‒No tiene dueño. Viene a mí
para que le dé de comer. Lléveselo si quiere.
Le miré a los ojos buscando
su aprobación y reflejado en ellos estaba Simba, mi rey león que muy tenue me
cantaba Hakuna Matata.
Y en aquel instante supe que
no debía preocuparme ante las adversidades de la vida.
© Marieta Alonso Más
No hay comentarios:
Publicar un comentario