(/8 meses después/)
-Música para su lectura: BSO Star Wars: Caballeros de la Antigua
República-
Como recién
proclamado Señor de los Sith, mi nuevo nombre era Darth Revan, y ahora tenía
bajo mi mando a la mayoría de ex-Jedi que fueron abandonados a su suerte por la
orden, y que se sentían confundidos, sin hogar y sin ningún rumbo a seguir.
Si
antes, los dos jóvenes y prometedores Jedi eran más que héroes, ahora como Sith
ambos eran imparables.
Gobernarían en la galaxia para traer el orden y la paz mediante el puño de acero y el miedo.
Me encontraba en el
puente de mi nave insignia, el Ras-Aniquilador, viendo cómo se llevaban a cabo
mis nuevos planes para la República. No permitiría que se cometieran de nuevo
los mismos errores del pasado. Los Jedi ya no tenían cabida en esta nueva era.
Desde allí podía ver
cómo mi aprendiz, Darth Malak, lideraba al resto de naves de asalto contra el
planeta de Telos mientras las pocas naves republicanas del sistema intentaban
defender los astilleros del planeta en un vano esfuerzo por repelernos.
La mayor
flota jamás concebida estaba ahora bajo mi mando directo, así como el escuadrón
más letal y eficiente desde los tiempos de la gran guerra Sith, el implacable
escuadrón Ta´raysh.
La
búsqueda y el posterior hallazgo de la mega estación espacial, llamada la
Fragua Estelar, estaba dando sus resultados. Viajar a aquel planeta
desconocido, Korriban, no había resultado ser una pérdida de tiempo después de
todo.
La Fragua Estelar
era la mayor estación espacial conocida. Construía destructores de asalto a una
velocidad increíble y con unos costes mínimos debido al avanzado sistema
energético que utilizaba.
Ni todas las naves de la república unidas podrían hacer sombra al poder de esa súper estructura. Ya nada en la galaxia podría detenerme. Aunque debía vigilar de cerca a mi aprendiz, Darth Malak. Sabía que deseaba hacerse con el control absoluto a toda costa, y la única razón por la cual aún no se había enfrentado a mí para matarme y ocupar el lugar de Señor de los Sith, era porque sabía que no tenía nada que hacer contra mí. Sabiendo eso, y por el momento, Malak no era más que un sumiso saco de carne a mis órdenes.
De
pronto algo interrumpió mis pensamientos.
Estando
en el puente de mando percibí algo, un susurro casi inaudible a través de La
Fuerza. Segundos después un único Jedi entraba en el puente de la nave
destrozando unos cuantos controles de mando y dando buena cuenta de la
tripulación allí presente en escasos segundos.
Pude
leer en su mente cuál era su misión. La de capturarme, VIVO.
Seguramente
los Jedi se habrían dado cuenta de su error al dejar que me marchase de su
regazo y querían que regresase con ellos. Querían atraerme de nuevo a su causa.
Pero eso no ocurriría jamás.
Mi mano
se alzó en dirección al Jedi y mis dedos se cerraron lentamente para formar un
puño. Esa nueva sensación de poder que se concentró en todo mi brazo era
increíble, ilimitada.
En el
momento en el que mi mano se cerró por completo oí un crujido, el crujido de
huesos al romperse. Aún no podía asimilar el increíble poder del lado oscuro.
El Jedi que segundos
antes rebosaba vitalidad y energía, se encontraba levitando a escasos
centímetros por encima del suelo en frente mío, con la vista perdida y el
cuello en una posición antinatural. La Fuerza le abandonó un momento antes de
que cayese al suelo, totalmente muerto.
Como si
hubiesen sido avisados de la urgencia de la situación aparecieron cuatro Jedi
más en el puente.
Aquello
se ponía cada vez más interesante.
Saqué mi
nuevo sable láser y pulsé el conector principal. Un haz de luz de color carmesí
brotó de la empuñadura e iluminó el oscuro puente de mando.
Estaba dispuesto a
probar mis nuevas habilidades con los inesperados visitantes.
Sabía
que no me causarían un gran problema ya que solo uno de ellos alcanzaba un alto
nivel de sintonía con la Fuerza. Una bella muchacha en apariencia delicada,
pero con una fuerte e inusual presencia en la Fuerza. La hacía destacar del
resto, eso era obvio.
"No
puedes ganar, Revan", fueron las valientes palabras que brotaron de sus
labios.
Levanté
mi sable láser para demostrar lo equivocada que estaba. Era una lástima matar a
aquella joven, tanto potencial desaprovechado, pero los Jedi ya la habían
sentenciado a morir al mandarla ante mí.
Levanté
el sable láser, dispuesto a acabar con su existencia. Y en el mismo momento que
me disponía a invocar todo el poder del lado oscuro para acabar con los Jedi,
sentí que algo me arrollaba por la espalda con una fuerza demoledora.
El vacío
me atrajo y me envolvió completamente. Hasta que solo hubo silencio y
oscuridad.
Y
después, nada.
###**__**_Reproducción de los hechos a
través de fragmentos de memoria_^^_###**
Ese fue
el final de Darth Revan.
Fanfiction basado en Darth Revan, personaje de Star Wars:
Caballeros de la Antigua República.
© José Carlos Carretero
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