martes, 17 de agosto de 2021

Paula de Vera García: Te lo dije (Amor Eterno 3.5)

 



Ha llegado el momento. No puedo creerlo, pero aquí está: mi prueba de fuego.

Sin embargo, no estoy asustado… ¿Acaso debería? Sé que esto va a funcionar, no tengo ninguna duda. Igual que no dudé de ti cuando resucitase gracias a esa maldita bruja, igual que no perdí la fe en ningún momento de estos veinte años… Te sacaré del limbo, te devolveré a la vida. Sea como sea, lo haré. ¿No te lo he jurado tantísimas veces?

Cuando tu mano cae desde mi mentón, sin vida, sé que no puedo demorarlo más. Llegó la hora. Y, como un reflejo, mi mano se alza y hago que ese poder que descubrí en el Purgatorio entre en ti. Despacio, gentil… No me perdonaría hacerte daño y menos todavía en un instante como este. Cuando me pides que deje de hacerlo, que no quieres que yo pierda la Fuente, casi me cuesta mantener la concentración y terminar el proceso. Pero… ¿Cómo podría quedarme con algo así, sabiendo que puedo usarlo para salvarte?

No. No es mío. No me pertenece. Es lo que nos unió en su día y lo que nos vuelve a unir ahora, mientras te incorporas sobre el suelo y miras a tu alrededor como si acabases de despertar de un sueño a la brillante realidad. Tu corazón vuelve a latir y el mío casi se acelera al unísono con él. No puedo creerlo, pero lo he logrado. Lo hemos conseguido. Has vuelto a la vida.

Despacio, mi mirada se enlaza con la tuya, el campo de batalla desaparece de un plumazo a nuestro alrededor y sólo existimos los dos, tú y yo. Te preocupa que me importe haber perdido la inmortalidad y casi me río de lo dulcemente absurdo que suena. Sólo cuando te perdí, lo supe. Me da igual el tiempo que pase, sea mucho o nada. Todo mientras pueda estar contigo en carne y hueso. La vida es un don demasiado precioso como para malgastarlo, sobre todo si puedes hacer que tu amor vuelva a ella de alguna forma. Ahora lo sé, aunque el egoísmo juvenil que me llevó aquel día al Árbol Sagrado nunca antes quisiera admitirlo.

Te beso, tras recordar que todo lo que he hecho ha sido para llegar a este instante, y tú te emocionas con idéntico sentir. Lo sé, lo percibo. Además, qué demonios: estoy deseando sentir esos labios con urgencia sobre los míos, más después de nueve siglos encerrado en ese infierno apestoso, aunque viajase allí por una buena causa. Eres mía, sólo mía y quiero que este instante se eternice. Sin embargo, es mi voz la que pronuncia, cuando me abrazas entre lágrimas de emoción y yo te acojo contra mi pecho:

“Elaine. Ahora serás mía para el resto de nuestras vidas”

 

Historia inspirada en Ban & Elaine (Seven Deadly Sins / Nanatsu No Taizai)

Imagen: screenshot temporada 4 del anime de Seven Deadly Sins / Nanatsu No Taizai

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