jueves, 2 de septiembre de 2021

Amantes de mis cuentos: Amor casi imposible

 

Donde no puedas amar, pasa de largo.

Nietzsche

 

Los suelos de caoba crujían sin que nadie aparentemente los pisase. Había sido un salón de baile y desde hacía más de medio siglo se hallaba cerrado con llave. Quedó en el olvido al morir la duquesa, solo los pájaros anidaban en aquel hermoso palacio.

La madera embelesada se pasaba el día mirando el bello artesonado de nogal. Era su amor contrariado. Llevaba años enamorada de ese techo en forma de pileta, que no podía dejar de mirar, y amar. El brillo de la juventud se había ido para los dos, volviéndolos opacos y con algunas grietas que un día, sin motivo aparente, aparecieron. Era la angustiosa huella del paso de los años, se dijeron.

Le dolía pensar en esa distancia que impedía que pudieran estar juntos y se preguntó si algún día podrían llegar a besarse, como aquella pareja ducal, expertos rastreadores de rincones oscuros, que siempre encontraban el momento propicio para unir sus labios.

Ayer la tierra tembló, se oían gritos, sollozos, lamentos, un seísmo de gran magnitud cambió la faz del lugar. No todo fue sufrimiento. El amor que nunca desaprovecha la ocasión hizo que el suelo y la techumbre, por vez primera en su larga vida, se pudieran abrazar, olvidándose de todo.

 


© Marieta Alonso Más

 

¿Le ha gustado? 

Sí. 

Le invito a compartirlo

2 comentarios: