Desde Huancayo nos llega esta
rica receta, tan popular y muy fácil de preparar, según mi amiga Carmen Rosa que
lleva la tira de años en Madrid.
Me dice que su origen está en
el misterio, que es lo que a ella le gusta pensar. Así tiene un mayor encanto y
sabor. Puede que fuera durante la construcción del Ferrocarril Central, o no. Y
qué más da.
A ella le encanta bañar las
papas sancochadas con esta salsa. Me ha traído la receta escrita por su madre en
papel de estraza para que yo la copie. Y obedezco.
Hace mucho hincapié en que la
consistencia de la salsa debe ser semilíquida, que no me quede aguachenta, que en
Bolivia, en La Paz, se come en Semana Santa, que la historia culinaria de la comida peruana se remonta a los incas y otras culturas preincaicas, que es un ejemplo de cocina fusión, que su gastronomía es Patrimonio Cultural Inmaterial del Perú, que en su tierra hay más de tres mil tipos de papas... Ella es así cambia de un tema a
otro con gran facilidad.
Ingredientes
para la salsa:
3 ajíes amarillos
2 dientes de ajo
½ cebolla
400 gramos de queso fresco
1 lata de leche evaporada
2 cucharadas de aceite
Sal
Pimienta
Acompañamiento:
8 papas pequeñas o 4 grandes
cocidas
2 huevos duros en rodajas
Aceitunas negras sin hueso
Hojas de lechuga
Preparación:
Su madre ponía en una sartén
los ajos, la cebolla y los ajíes y los doraba. Ella los pone tal cual en una
licuadora y va agregando el queso y la leche evaporada. No olvida un poquito de
sal y un poquito de pimienta para que se balancee el sabor.
Su forma habitual de servirla:
rodajas de papa. Pero esta vez ha utilizado papas de cóctel sin quitarles la piel.
Las colocó sobre hojas de lechuga y las bañó con la salsa. Encima de cada papa puso
una rodaja de huevo duro y una aceituna. Y las aguijoneó con palillos.
Para
chuparse los dedos
No hay comentarios:
Publicar un comentario