martes, 21 de junio de 2022

Blanca del Cerro: Mi último adiós

 


Es mi último adiós. Y no sabes cuánto me duele, querida Flora. Tú que estuviste a mi lado, siempre fiel, siempre cariñosa, siempre dando lo mejor de ti misma, siempre silenciosa, siempre conmigo. Es mi último adiós en esta mañana de un otoño que parece viejo de tanto llorar. Es mi último adiós, el definitivo.

No quiero recordar las horas que pasamos juntos, ni los silencios que nos unieron, ni las caricias que compartimos porque, en momentos como estos, prefiero no recordar pues hasta el recuerdo me duele sabiendo que nunca más volveré a verte.

Me acostumbraré, claro que me acostumbraré, y qué remedio.

Me acostumbraré como me acostumbré a mis tres divorcios, a la ausencia de mis cinco hijos y a la soledad de mi vida.

Me acostumbraré como me acostumbré al silencio repetitivo de las habitaciones de mi hogar que parecían espectros a la caza de algún fantasma.

Me acostumbraré como nos acostumbramos a todo porque no tenemos más solución que hacerlo.

Y entonces solo quedaste tú.

Ya no volveré a verte entrar despacio, como hacías cada tarde, y a buscar mi calor, y permanecías quieta a mi lado, ni volveré a tenerte sobre mis piernas, ni a ver cómo te dormías suavemente, ni a percibir tus latidos, ni a escuchar tu respiración pausada. Ya no volveré a sentirte.

Querida Flora…

Este es mi último adiós a la gata más preciosa del universo.

 

© Blanca del Cerro

#cuentosparapensarBlancadelcerro

No hay comentarios:

Publicar un comentario