Tu
despedida sosegada y calmada,
tu
insólita serenidad en aquellos días.
Ese
soltar todos tus recuerdos y posesiones,
ese
saber perdonar lo más imperdonable,
y
ese saber estar por encima de las cosas y los años.
Tu
camino, tu musical risa, tu melódica voz.
Tu
profunda convicción de la existencia de un más allá,
Tu
última canción, tus últimos besos.
Tu piel blanca y suave a pesar de los años,
tus
arrugas de expresión en tu bonita cara,
tus
ojos verdes teñidos de miel,
tu
familia y los desencuentros,
tu
pasión, tus oraciones y tu Dios.
Tus
sueños NO cumplidos, y tus sueños SI cumplidos.
Los
atardeceres granates que tanto te gustaban.
Tu
forma de organizarlo todo,
y
esta vez la madrugada nos sorprendió brutalmente.
Recuerdo
esa forma tan tuya de decir adiós.
Ya
no pienso en ti todos los días.
Pero
sé que te llevo en mi corazón
hasta
el final de mi vida.
©
Sol Cerrato Rubio
Sol, me gustó mucho su SERENIDAD, refleja sensibiladad y corazón muy romántico.
ResponderEliminarDe parte de Sol: Se alegra muchísimo que le haya gustado. Un abrazo
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