martes, 9 de julio de 2024

La cocina a mi alcance: Migas con peras, uvas y huevos fritos

 



El pan es la materia prima de las migas. Suele utilizarse pan candeal. Los que tienen mayor densidad de migas, diría mi abuela que las hacía con hogazas y con cualquier pan duro del día anterior.

El día de la reunión de amigas, Aleida se presentó en casa y dijo que ese día le tocaba entrar en la cocina. Nadie le llevó la contraria. Para ella, nómada, trashumante por naturaleza, callejera por afición, la rapidez cuenta, y hace las migas con lo que tenga a mano. 

Y en casa solo había pan de molde.

Mientras una trabajaba, las otras se documentaban y… ¡Sorpresa!

La escritora Emilia Pardo Bazán publicó algunas recetas en su obra «Cocina Española Antigua y Moderna».​ Entre ellas describe las migas de la academia, que las servían regularmente en la Academia Militar de Toledo, como alimento típico de la milicia española hasta finales del siglo XIX.

En su versión más sencilla, las migas consisten en sofreír con ajos y aceite de oliva los trozos de pan duro, previamente humedecidos en agua, hasta que se doren. Se acompañan de torreznos, longaniza, chorizos fritos, pimientos fritos, sardinas, pepinos… Constituyen una comida completa.

Aleida acomoda a su gusto y buen hacer las recetas que heredó de su madre.

 

 

Ingredientes

2 huevos por personas

100 gramos de pan de molde sin corteza

Peras

Uvas

Aceite de oliva

Sal y pimienta

100 gramos de queso parmesano rallado

Un vaso de leche

 

Preparación

Nuestra amiga dejó secar el pan de molde, lo troceó y lo echó en la «sartén de migas» que se ha traído expresamente de su casa con un cucharón de madera. El aceite bien caliente, especificó, una pizca de sal y otra de pimienta. Recordó de pronto la tensión arterial e imagínense lo que no echó.  

Una de las amigas se acercó a cotillear y la puso a cortar las peras en dados pequeños y las uvas a la mitad.

Calentó la leche y cuando estaba a punto de hervir añadió el parmesano e hizo la salsa, revolviendo.

Llegó el momento de freír los huevos.

En un plato tipo fuente puso las migas con las peras y las uvas en una de las esquinas, en la otra los huevos fritos. Por último, en una salsera de cerámica con dibujos geométricos, vertió la salsa de queso parmesano para que cada cual hiciera la combinación que más les gustara.

 

Ya me diréis

 

 

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