sábado, 5 de septiembre de 2015

Ramón L. Fernández y Suárez: Fragmento de una carta anónima a María Magdalena

Tiziano Vecellio. 
Noli me tangere
María Magdalena según Juan 20:11-18






…Muchas veces me pregunto ¿qué tiene tu mirada que me transporta del desierto al paraíso? Con naturalidad, sin artificios, como una suave melodía que me lleva del sufrimiento a la sonrisa… Duermo mal algunas noches. Probablemente no sea el único que, para evitarlo, cultivaría en su  jardín la roja flor del opio, buscando aligerar sus soledades y sumirse en el desgarro de una personalidad  disociada inútilmente. Sé que esa dulce adicción te alejaría de mi lado. Siento además que el amor, como sentimiento, es mucho más que una empatía. Es una ineludible aspiración al encuentro de dos identidades, por naturaleza diferentes, con la apremiante voluntad de no perder de vista aquella ilusión que, encendiendo sus pasiones, confiere  fuerza de titán a quien la ejerce. Necesito asirme a esta certeza. Necesito afianzarte en mis recuerdos con el solo fin de mantener ardiente la llama que entibia mis inviernos. Está cercano el tiempo de mi ausencia. No volveré a cenar contigo, ni hollarán nuestras pisadas el turbio limo del arroyo que limpió nuestra piel de sus primeras emociones. Ante las puertas de la eternidad, amada Magdalena, hago esta postrera reflexión: como mañana y para siempre, sé que “hoy estarás conmigo en el paraíso.”



© Ramón L. Fernández y Suárez



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Fragmento de una carta anónima a María Magdalena por Ramón L. Fernández y Suárez se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.



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