viernes, 9 de noviembre de 2018

La cocina a mi alcance: Ensalada de judías verdes



Mi vecina, la erudita, le encantan las ensaladas. Y una tarde de lluvia, con relámpagos incluidos e intrigante calor, nos sentamos a conversar. 

He aquí la historia con la que me deleitó:

Luis XIV, el rey Sol, quiso tener su propia huerta. Y la consiguió, en seis años. Aún existe y está catalogada como Monumento histórico de Francia desde 1921.

El jardinero del rey se llamaba Jean-Baptiste de La Quintinie. Sus logros fueron inéditos para la época. Creó invernaderos de vidrio, sistemas de riego intensivo y abonos con estiércol fresco proveniente de los establos. Así obtuvo fresas en abril, guisantes en mayo, melones en junio, espárragos en diciembre…

Cuando se comienza algo nunca se sabe cómo va a evolucionar y hasta dónde puede llegar. Así se desarrollaron nuevas variedades de fresas, de melones, de lechugas…  Lo que dio fama mundial a este innovador espacio verde.

Tanto habló y habló que nos entró tal gusanillo que nos fuimos a la cocina, abrimos el frigorífico a ver qué teníamos, y esto fue lo que encontramos:

Ingredientes:

½ kilo de judías verdes
(también llamadas habichuelas, porotos, ejotes, chaucha...)
1 huevo
1 cebolla pequeña
1 lata de pimientos
1 limón
Queso rallado
Aceite
Sal

Preparación:

No teníamos judías verdes frescas que se cuecen durante media hora en poco agua y escasa sal, así que usamos un bote que tenía en la despensa. Las escurrimos bien y las colocamos en una fuente mezcladas a conciencia con la cebolla y los pimientos bien picaditos.

Si quieres engordar puedes hacer mayonesa o utilizar la de tarro aligerada con zumo de limón, pero nosotras no. El buen tipo se impone por lo que cocimos el huevo y lo cortamos en rodajas. Las colocamos sobre las judías y por encima espolvoreamos el queso rallado.

No podéis imaginaros lo rico que nos supo.

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