Leila Guerriero se adentra en
la vida del pianista Bruno Gelber y compone una historia maravillosamente
interpretada.
En el ámbito del reporterismo
en lengua española, la argentina Leila Guerriero (Junín, Argentina, 1967) ocupa
un lugar eminente, hasta el punto de que muchos han querido hacer de ella una
muestra representativa de la extraordinaria tradición del periodismo que hizo
de Gay Talese, de Tom Wolfe y de Truman Capote maestros en el modo de informar
y conducir una historia que, finalmente desemboca en un relato eminentemente
literario.
Guerriero ha sido, y es,
colaboradora de publicaciones como Rolling
Stones y La Nación, en su país, amén de dirigir la revista mejicana Gatopardo. A esa labor de reportera, en
que habría que destacar su crónica El rastro
de los huesos sobre el trabajo que realizaron los forenses para identificar
los cadáveres dejados por la dictadura militar, se le han sumado cierta
cantidad de libros como Los suicidas del
fin del mundo, crónica de un pueblo patagónico, sobre las tribus indígenas
del extremo sur del continente, o Cuba en
la encrucijada, donde se nos da cuenta de los equilibrios banales de una
dictadura para sortear lo inevitable.
Ahora se acaba de publicar
entre nosotros un libro que no dudo en calificar de excepcional, Opus Gelber. Retrato de un pianista,
donde realiza una especie de reportaje biográfico sobre Bruno Gelber, a quien
visitó en 2017 durante meses hasta el punto de alcanzar una intimidad que el
talento excepcional de Guerriero sabe dirigir hacia una objetividad que no
impide, antes bien parece exigirlo, la identificación emocional con el
personaje. En este sentido cabe decir que es muy probable, así lo creo, que el
libro de Leila Guerriero está escrito siguiendo en cierta manera el modo de
conducirse de Gelber ante el piano, donde técnica y tensión emocional logran
momentos difícilmente alcanzables y que han hecho de este pianista, junto a
Barenboim y Martha Argerich, los tres nombres señeros argentinos de la
interpretación de la música clásica en el siglo XX. Gelber está considerado uno
de los grandes, sobre todo cuando interpreta a Brahms, Rachmaninov, Schumann y
Beethoven.
Sociedad bonaerense.
Este libro es muchas cosas:
desde luego nos sumerge de lleno en la intimidad de Gelber, donde convive en un
decorado hecho a su medida, donde la nostalgia por el conocimiento de
príncipes, grandes firmas de la moda… nos hace pensar en una versión un tanto
peculiar de El Gran Gatsby pero pasado
por una sabia dosis de decadentismo europeo a lo Gustav von Aschenbach, el
perfilado personaje de Thomas Mann, pero es también un paseo por el mundo de la
interpretación de la técnica del piano, un panorama de cierta sociedad
bonaerense actual y un retrato de la autora, que no oculta sus vanidades, como
cuando Gelber la compara en belleza a Marisa Berenson.
Narradora excepcional,
Guerriero ha hecho de este libro un retrato de Gelber que vale por una
biografía, por una novela, debido a dos detalles esenciales: el concepto de
expresar algo a través de varias voces y esa debilidad que posee por el detalle
que, como dice el antiguo proverbio, es donde se halla Dios. Una maravillosa
crónica.
© Juan Ángel Juristo
Publicado en ABC
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