viernes, 9 de agosto de 2019

La cocina a mi alcance: Sopa de cebolla asada

Una combinación rica, rica son los cuentos y las recetas culinarias.  

Antes de que os pongáis frente al fogón leed este cuento, o más tarde, nunca a la vez, no sea que forméis un desaguisado.

Aquí va el cuento...

Elogio a una hortaliza

Mi psicóloga me recomendó leer libros trágicos, ver películas tristes, dramas en el teatro, que frecuentara la compañía de personas desdichadas para que se disipara mi angustia a través de las lágrimas. Nada surtió efecto. No brotaban de mis ojos.

El allium cepa fue mi salvación. Se dice que es una de las primeras plantas cultivadas y que procede de Asia Central. Se dice que a los egipcios les hizo buen provecho y que más tarde griegos y romanos alimentaron a gladiadores y legionarios, con un mejunje parecido a lo que hoy se llama «salsa provenzal». Era su forma de obtener fuerza y musculatura como apreciamos en el cinematógrafo.

Dejando la historia a un lado, he de reconocer que disfruto cuando cada día, la coloco sobre una tabla de madera y voy haciéndola trocitos. Lloro a mares, me quita la tos, hace que me sienta genuinamente feliz. Con ella mis sentidos se alborotan. Su olor me llena, me arrastra hasta el infinito, cuando siento que se me hace la boca agua. 

También a través del oído he llegado a venerar este manjar, al leer en voz alta una de las más tristes canciones de cuna, canción de ausencia, de añoranza, de gran carga emocional.

Pero es a través de la vista cuando me ha llegado el éxtasis. El cuadro de Renoir. Su colorido, la fragmentación de su pincelada, la luz de la naturaleza, la voluptuosidad de su forma. Esta hortaliza, me llevó a las alturas y me sentí un alma gemela de este pintor excepcional, que fue capaz de descubrir la belleza, allí donde nadie, nunca antes la había visto.

Jamás pensé que, a través de esta simple planta herbácea, mi amada cebolla, llegara a alcanzar tal estado de bienestar, tal sosiego, tal conocimiento de las artes, tal llantina.

© Marieta Alonso Más


Sopa de cebolla asada


Ingredientes:

6 cebollas grandes dulces
2 cucharadas de aceite de oliva
1 litro de caldo casero de pollo
4 rebanadas de pan tostado
½ vaso de vino
1 diente de ajo
60 gramos de mantequilla
Queso rallado

Preparación:

Pelamos y cortamos en juliana las cebollas dulces. En una cazuela el aceite y la mantequilla y cuando esté derretida ponemos las cebollas y el ajo picado con sal.

Remover hasta que la cebolla esté traslúcida (con fuego suave unos 20 minutos).

Añadimos el vino y el caldo. Luego el pan y el queso y metemos al horno precalentado a 200º durante 5 o 6 minutos. Servir.


Luego decidme si no habéis estado en la «Gloria» con esta combinación de lectura y degustación... que sabe sabrosa.





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