Tuvo su origen en el
Monasterio de los Jerónimos fundado por Enrique IV en 1464. Su primitivo
emplazamiento estaba al borde del río Manzanares en el camino de Madrid al
Pardo, pero la insalubridad del lugar motivó su traslado en 1502 por orden de
los Reyes Católicos.
Las obras, posiblemente del
maestro Enrique Egas, comenzaron con una nave, capillas entre los
contrafuertes, crucero, cabecera poligonal y coro alto a los pies. Se cubre con
bóvedas de crucería, como Santo Tomás de Ávila y San Juan de los Reyes en
Toledo.
Los materiales utilizados son
los característicos de la arquitectura madrileña, ladrillo y mampostería.
Aunque Madrid no era aún la
capital del reino, el monasterio estuvo muy relacionado con la monarquía, como
lugar de celebración de cortes, de exequias fúnebres y como iglesia juradera. También
fue residencia real antes de que fuera construido el Palacio del Buen Retiro.
El claustro barroco (actualmente
integrado en el Museo del Prado como parte de la ampliación diseñada por el
arquitecto Rafael Moneo y al que se le conoce popularmente como «El cubo de
Moneo»), se debe al arquitecto agustino fray Lorenzo de San Nicolás, quien
comienza las obras en 1672 siguiendo los cánones de la arquitectura
escurialense. Busca en su interior el coro de estilo gótico isabelino, que
reconocerás porque se sustenta sobre un arco carpanel.
En el templo tuvo lugar la
jura como heredero de los reinos de Castilla el malogrado príncipe Baltasar
Carlos de Austria. Durante la guerra de Independencia las tropas napoleónicas,
al mando del general Joaquín Murat, tomaron posesión del Palacio del Buen
Retiro y del monasterio, ocasionando grandes desperfectos al utilizar el
recinto monacal como cuartel, destrozando la iglesia y saqueando las obras
artísticas que albergaba.
La desamortización de
Mendizábal de 1836 acarreó su ruina. Es en 1854 cuando se devuelve el culto a
San Jerónimo convirtiéndolo en iglesia parroquial.
En 1905 comenzó la
construcción de la escalinata y el atrio para la celebración matrimonial entre
el rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, el 31 de mayo de 1906. De
la misma fecha es el órgano.
El 27 de noviembre de 1975 el
cardenal Vicente Enrique y Tarancón presidió la misa votiva del Espíritu Santo,
en el comienzo del reinado de Juan Carlos I.
Si te ha sorprendido de día,
de noche iluminada es espectacular.
Detente un momento y disfruta contemplando su
majestuosa silueta.
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