jueves, 14 de enero de 2021

Julia de Castro: Mamá no me deja contarlo de Cathy Glass

 



Cathy recibe en acogida a un niño de apenas siete años, Reece. El pequeño tiene un largo historial de familias de acogida y expulsiones de colegios. Agresivo, incorregible, asocial, en definitiva, un niño de los que las instituciones dirían que no tiene solución y así lo demuestra la falta de actuación por su parte ante un caso claro y difícil.

La lucha que Cathy emprende ante la negativa del niño a contar su historia, «Mamá no me deja contarlo», es la única explicación que puede obtener de Reece, y la dejadez de los servicios sociales, es titánica. Necesita encontrar los motivos del penoso comportamiento de Reece y esto la lleva a una ardua senda en la que encuentra, entre otras cosas, una enorme pasividad de los servicios sociales en este caso hasta el punto de que tiene graves dificultades para llegar a dar con los informes sobre la familia y el niño. Después de leerlos no entiende cómo no se ha actuado mucho antes, cómo no se ha sacado a Reece de esa casa ya de bebé y no solo a Reece, sino también al resto de los hermanos.

Solo cuando llega a conocer el secreto más oscuro de la familia de Reece, empieza a entender los comportamientos del pequeño. Todo comienza a cobrar sentido y el camino para poder ayudarle a salir de la oscuridad en la que ha vivido toda su vida, empieza a aclararse.

Nos encontramos ante una historia de una tremenda dureza por la situación y la edad del pequeño protagonista. Lo triste es que este tipo de situaciones se dan en la realidad mucho más de lo que podríamos imaginar y terminan marcando todo el desarrollo vital de los niños que las sufren.

La novela me ha enganchado desde el inicio, la sordidez de la trama y el dolor soterrado en la vida de un pequeño que no ha tenido ninguna opción llega al corazón como un disparo. El enorme esfuerzo de Cathy, su entrega sin condiciones a una labor tan ardua y delicada como sacar del pozo a alguien y devolverle a la humanidad a la que tiene derecho, me han emocionado.

Sé que hay muchos lectores que no querrán leer esta novela: «para penas ya tenemos las del día a día», pero a aquellos que sí les pique la curiosidad y no teman enfrentarse a la miseria moral, el dolor y la frustración, os animo a su lectura, no os va a dejar indiferentes.

 

© Julia de Castro

Mi otoño en libros 2020

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