miércoles, 3 de marzo de 2021

Amantes de mis cuentos: El atraco

 


Llevaba cinco minutos de retraso. Iba camino de Atocha casi corriendo donde la esperaba el autocar de la Empresa. Hacía frío. Se arrebujó en el abrigo. De pronto una sombra se interpuso ante ella.

‒Esto es un atraco.

‒Y yo voy a trabajar ¡Quítate de en medio!

‒Señora, le digo que esto es un atraco.

‒Para atracos estoy yo. La Empresa se la llevan a Polonia y me mandan al paro. A mi marido lo encontré en la cama con la vecina de enfrente. Y tengo tres hijos pequeños a los que hay que dar de comer.

‒Señora: ¡Qué tengo una navaja!

‒Y con ella te rajo de arriba abajo como me sigas importunando.

Lo dijo con voz contenida como si estuviera a punto de darle un buen mordisco. El otro iba retrocediendo con la boca abierta, mientras ella avanzaba con mirada acuchillante. En un descuido le quitó la navaja y amenazó con pincharle el cuello. Se quedó petrificado. Cuando le conminó a largarse, no hubo necesidad de repetírselo.

Entonces guardó la navaja en el bolso. Subió los peldaños del autobús. Los compañeros la recibieron muy enfadados.

‒Ya era hora. No podemos perder todo el día esperándote. Y encima te pones a charlar con el primero que encuentras.

 

© Marieta Alonso Más

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