No tiene costa. Está
entre Austria y Suiza, en el curso alto del Rin. Vaduz es su capital. El
paisaje es montañoso al este y llano y suavemente ondulado al oeste. Es uno de
los seis micro-estados que hay en Europa. Y junto con Uzbekistán son los dos
únicos países en el mundo que para llegar al mar se han de atravesar dos
fronteras.
Sigue en guerra con
Prusia que ya no existe, porque terminado el conflicto austro húngaro, se
olvidaron de que Liechtenstein era uno de los beligerantes y en consecuencia no se firmó jamás un
tratado de paz.
Fue en la antigüedad
un territorio perteneciente al Imperio romano. Antes del gobierno de la dinastía actual,
la región era un feudo de una de las ramas principales de la Casa de
Habsburgo. En 1719 el emperador Carlos VI decretó que el condado
de Vaduz y el señorío de Schellenberg se unieran para
formar un principado con el nombre de Liechtenstein en honor al príncipe Antonio
Florián de Liechtenstein, súbdito suyo.
En 1806, el Sacro
Imperio Romano Germánico fue invadido por Francia. Este hecho trajo
grandes consecuencias para Liechtenstein. Las maquinarias legales y políticas
del Imperio se derrumbaron cuando el emperador Francisco II abdicó.
El resultado fue que Liechtenstein ya no tenía obligaciones frente a ningún
señor feudal más allá de sus fronteras.
Hasta el fin de
la I Guerra Mundial, Liechtenstein estaba fuertemente ligado
con Austria, pero la devastación económica causada por ese conflicto forzó
al país a concluir una unión monetaria y aduanera con Suiza. Cuando en
1938 los nazis se anexionaron Austria, el principado se encontró compartiendo
frontera con territorio alemán, por lo que se apoyó en Suiza para mantener su
neutralidad. Para evitar una invasión colaboró con las potencias del Eje. En
el 2000 el país se adhirió al Espacio Económico Europeo.
Es una monarquía constitucional.
La soberanía del Estado es compartida entre el príncipe y los ciudadanos, los
cuales eligen un parlamento. En un referéndum llevado a cabo el 1 de julio
de 1984, los votantes varones permitieron a las mujeres el derecho a votar en
las elecciones nacionales, aunque no en las locales. La constitución de
Liechtenstein asigna importantes poderes al príncipe. Entre estos poderes, el
príncipe puede vetar las leyes aprobadas por el parlamento. El gobierno está
compuesto por cinco ministros, incluyendo al primer ministro. Cada uno tiene un
suplente que participa en las reuniones del gobierno colegial si el ministro no
está disponible. El presidente del gobierno, los demás ministros, y sus
suplentes son designados por el príncipe, por recomendación del Parlamento. La
duración del mandato es de cuatro años. El Príncipe reinante es el jefe del
Gobierno. Si una ley no es sancionada por el Príncipe reinante en el plazo de
seis meses, se considera rechazada.
El país tiene uno de
los índices de criminalidad más bajos del mundo. La prisión de
Liechtenstein alberga pocos reclusos, si es que hay alguno, y los que tienen
sentencias de más de dos años son transferidos a la jurisdicción austriaca.
Liechtenstein sigue
una política de neutralidad y es uno de los pocos países del mundo
que no mantiene ejército. El ejército fue suprimido poco después de la Guerra
Austro-Prusiana de 1866, en la que Liechtenstein contó con un ejército de 80
hombres, aunque no participaron en ningún combate. No se produjeron bajas, de
hecho la unidad contaba con 81 soldados a su regreso debido a un enlace militar
austriaco que acompañó al ejército de vuelta a casa.
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