Puede que su origen se encuentre en la gastronomía
romana o en la griega. Otros consideran que surgió hace unos dos mil años,
durante la ocupación musulmana de la Península Ibérica. Hay pueblos que se
disputan la invención del ajoblanco y otros consideran que es una variante del
gazpacho.
Existe un debate de larga duración entre Málaga y
Granada en lo que respecta al origen de la sopa. Para mí lo importante es que
hoy llegó a mi mesa de la mano de mi amiga Carmen, malagueña, de Almáchar y
jura que en su pueblo se celebra la Fiesta del Ajoblanco el primer sábado de
septiembre y que es la fiesta gastronómica más antigua de la provincia de
Málaga.
Por supuesto que nadie le ha llevado la contraria. Ha
hecho esta sopa fría tan popular en toda Andalucía, con pan, almendras molidas,
ajo, agua, aceite de oliva, sal y a veces, cuenta, que su madre le echaba
vinagre, por lo que ella hace lo mismo. Y que se suele tomar acompañado de uvas
o trocitos de melón o de jamón.
Esta sopa nutritiva ganó
popularidad como un plato básico entre las clases con pocos recursos económicos
debido a sus humildes ingredientes. Y con un orgullo que no puede con ella
afirma que el ajoblanco se menciona en El Quijote y que se chuparon los dedos el
famoso hidalgo Alonso Quijano y Sancho Panza.
Su elaboración, discursea Carmen, aunque
relativamente sencilla, es un proceso meticuloso que implica combinar los
ingredientes esenciales en medidas precisas para lograr la textura y el sabor
característicos.
Ingredientes:
150 gramos de almendras crudas y
peladas
2 dientes de ajo
200 ml de aceite de oliva virgen
extra
150 g de miga de pan blanco
2 cucharadas de vinagre de vino
blanco
1 litro de agua fría
Sal al gusto
Preparación:
Remojad la miga de pan en agua fría
durante treinta minutos. En una batidora mezclad las almendras peladas, los
dientes de ajo, la miga de pan escurrida, el aceite de oliva y el vinagre, que
quede una pasta fina. Salar al gusto. Y meter en la nevera al menos durante dos
horas. En el momento de servir añade poco a poco agua bien fría y continúa
mezclando hasta obtener la consistencia de gazpacho. Decóralo a tu gusto.
Ya me diréis
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