jueves, 9 de enero de 2025

La cocina a mi alcance: Ajoblanco

 


 

Puede que su origen se encuentre en la gastronomía romana o en la griega. Otros consideran que surgió hace unos dos mil años, durante la ocupación musulmana de la Península Ibérica. Hay pueblos que se disputan la invención del ajoblanco y otros consideran que es una variante del gazpacho.

Existe un debate de larga duración entre Málaga y Granada en lo que respecta al origen de la sopa. Para mí lo importante es que hoy llegó a mi mesa de la mano de mi amiga Carmen, malagueña, de Almáchar y jura que en su pueblo se celebra la Fiesta del Ajoblanco el primer sábado de septiembre y que es la fiesta gastronómica más antigua de la provincia de Málaga.

Por supuesto que nadie le ha llevado la contraria. Ha hecho esta sopa fría tan popular en toda Andalucía, con pan, almendras molidas, ajo, agua, aceite de oliva, sal y a veces, cuenta, que su madre le echaba vinagre, por lo que ella hace lo mismo. Y que se suele tomar acompañado de uvas o trocitos de melón o de jamón.  

Esta sopa nutritiva ganó popularidad como un plato básico entre las clases con pocos recursos económicos debido a sus humildes ingredientes. Y con un orgullo que no puede con ella afirma que el ajoblanco se menciona en El Quijote y que se chuparon los dedos el famoso hidalgo Alonso Quijano y Sancho Panza.

Su elaboración, discursea Carmen, aunque relativamente sencilla, es un proceso meticuloso que implica combinar los ingredientes esenciales en medidas precisas para lograr la textura y el sabor característicos.

Ingredientes:

150 gramos de almendras crudas y peladas

2 dientes de ajo

200 ml de aceite de oliva virgen extra

150 g de miga de pan blanco

2 cucharadas de vinagre de vino blanco

1 litro de agua fría

Sal al gusto

Preparación:

Remojad la miga de pan en agua fría durante treinta minutos. En una batidora mezclad las almendras peladas, los dientes de ajo, la miga de pan escurrida, el aceite de oliva y el vinagre, que quede una pasta fina. Salar al gusto. Y meter en la nevera al menos durante dos horas. En el momento de servir añade poco a poco agua bien fría y continúa mezclando hasta obtener la consistencia de gazpacho. Decóralo a tu gusto.

Ya me diréis

 

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