(Despertando de
un mal sueño)
He crecido entre silencios,
entre el ruido de las tripas
y el rumor de la insolencia,
también he paseado por las calles desiertas
mientras me temblaban las piernas.
Alguna vez el corazón
se me ha salido de la boca
y me he visto obligado a llorar.
He llorado por los exilios,
por los barrotes que encerraban vidas,
por los tristes días de invierno sin pan,
por los enfermos sin medicinas,
por la falta de compasión,
y sobre todo, por la escasez de libertad.
Alguna vez me he sentado en la línea
que marca el cielo con la tierra,
esperando a que cambiara el tiempo
y llegaran instantes mejores.
He crecido tantas veces en silencio
que no os lo podéis ni imaginar.
Crecimos en la ignorancia política,
entre silencios y el miedo a hablar,
entre injusticias y tiros al cielo,
entre fábricas contaminantes,
entre déspotas sin piedad
y entre recuerdos ingratos
que no se me han de olvidar.
Pero la historia pasa página
y es tiempo de perdonar,
aunque por mucho que queramos
nunca será el instante
para dejar de recordar.
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