Alberga a la patrona de la
ciudad. Su fiesta tiene lugar el 25 de septiembre. Y su nombre «Fuencisla»
deriva del latín que significa «fuente que mana». Detrás del santuario brotan
multitud de fuentes.
Allá por el siglo XIII al pie
de las Peñas Grajeras, se construyó una pequeña ermita. Con los años se fue
quedando pequeña. En 1598, el obispo de Segovia, Andrés Pacheco, decidió la
construcción del santuario y puso la primera piedra. Las trazas fueron de
Francisco de Mora. Más tarde, en el siglo XVIII se realizaron diversas obras de
importancia. El lugar fue visitado por el Papa Juan Pablo II en 1982.
Cuenta la
leyenda que durante el reinado de Fernando III vivía en Segovia una joven judía
llamada Esther. El rey Alfonso X, el Sabio, recoge en su cantiga CVII su
historia. La joven se sentía atraída por la fe cristiana y eso no lo podían
tolerar algunos judíos. Consiguieron con ayuda de la mujer de un hidalgo y falsos
testigos acusarla de ser la amante de su esposo. La ley judía castigaba este
pecado con la muerte y fue llevada hasta estas peñas. Cuando la empujaron,
Esther se encomendó a la Virgen. Mientras caía apareció una paloma que la ayudó
a descender lentamente posándose sobre el suelo sin sufrir ni un rasguño.
¡Es un milagro! gritaron todos.
Tras este suceso, Esther se
convirtió a la fe cristiana, bautizándose con el nombre de María y a partir de
ese momento se dedicó al cuidado de la Virgen de la Fuencisla. Y se la conoció
por María del Salto.
Cuando le llegó la muerte fue
enterrada en la antigua catedral, situada frente al Alcázar de Segovia,
reconociendo de esta forma la importancia de este milagro para la comunidad
cristiana. Tras la parcial destrucción de la antigua catedral debido a la Guerra
de la Comunidades, se comenzó la construcción de la nueva catedral en 1525, y
sus restos se depositaron en una urna a cierta altura en el tramo sur del
claustro.
Si vas a Segovia
No dejes de visitarla
No hay comentarios:
Publicar un comentario