Es una de las recetas con
legumbres más populares de la gastronomía árabe. Dependiendo del lugar al falafel se
le da la forma de croqueta, pequeña hamburguesa, bola o el toque personal del
chef.
Su origen es incierto, tiene siglos de historia, se dice que data de la época bíblica. Algunos creen que viene de la India, pero no hay datos que lo confirmen. La variante egipcia emplea habas, mientras que la palestina emplea solo garbanzos.
Lo que hace diferente al falafel de otras albóndigas, es que los garbanzos o habas no se cuecen.
Mi amiga Fátima aconseja que al darle las formas debemos tener las manos mojadas, para que no se nos pegue la masa. Se hacen pequeñas bolas como las de ping-pong o bien algo achatadas para meterlas luego en pan de pita y comerlas a modo de bocadillo.
En cambio, Amira
las hace tipo hamburguesas y las sirve con salsa de yogur o con hummus que es
la crema de garbanzos o con tahina que es la pasta de ajonjolí.
El ajonjolí o
sésamo son dos nombres diferentes para referirse a la misma semilla. Son ricas
en óleos por lo que es un alimento sumamente nutritivo y saludable. Se emplean para
el pan de las hamburguesas.
·
300 gramos de garbanzos
·
2 cebollas
·
2 cucharadas de perejil fresco
·
1 cucharada de cilantro fresco
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2 dientes de ajo
·
1 cucharada de comino molido
·
1 taza pan rallado
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1 cucharada de bicarbonato
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1 cucharadita de sal
·
1 pizca de pimienta negra
·
Aceite de oliva suave
Preparación:
Después de dejar en
remojo los garbanzos 24 horas antes, los escurrimos y los dejamos sobre un
papel absorbente.
Hay que triturarlos
«sin cocer» junto con las cebollas, los ajos, el perejil, el cilantro
fresco y una taza de agua. Mezcle hasta conseguir una textura espesa. Añadir la
sal, el comino molido, la pimienta negra, el bicarbonato y mezclar un poco. Lo
tapamos con un paño limpio y dejamos reposar la mezcla durante 30 minutos.
Si nos queda
demasiado húmeda por lo que le es difícil formar bolitas, se puede añadir un
poco de pan rallado, harina de trigo o mucho mejor, harina de garbanzo.
Esta masa se puede
congelar para freírla en otra ocasión. Al igual que con las croquetas se fríe
directamente sacadas del congelador.
Y si estamos
deseando hincarles el diente, freírlas en abundante aceite a fuego medio hasta
que se pongan dorados. Servir caliente.
¡Delicioso!
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