jueves, 9 de octubre de 2025

La cocina a mi alcance: Falafel

 



Es una de las recetas con legumbres más populares de la gastronomía árabe. Dependiendo del lugar al falafel se le da la forma de croqueta, pequeña hamburguesa, bola o el toque personal del chef.

Su origen es incierto, tiene siglos de historia, se dice que data de la época bíblica. Algunos creen que viene de la India, pero no hay datos que lo confirmen. La variante egipcia emplea habas, mientras que la palestina emplea solo garbanzos.

Lo que hace diferente al falafel de otras albóndigas, es que los garbanzos o habas no se cuecen.

Mi amiga Fátima aconseja que al darle las formas debemos tener las manos mojadas, para que no se nos pegue la masa. Se hacen pequeñas bolas como las de ping-pong o bien algo achatadas para meterlas luego en pan de pita y comerlas a modo de bocadillo.

En cambio, Amira las hace tipo hamburguesas y las sirve con salsa de yogur o con hummus que es la crema de garbanzos o con tahina que es la pasta de ajonjolí.

El ajonjolí o sésamo son dos nombres diferentes para referirse a la misma semilla. Son ricas en óleos por lo que es un alimento sumamente nutritivo y saludable. Se emplean para el pan de las hamburguesas.

 Ingredientes:

  

·         300 gramos de garbanzos

·         2 cebollas

·         2 cucharadas de perejil fresco

·         1 cucharada de cilantro fresco

·         2 dientes de ajo

·         1 cucharada de comino molido

·         1 taza pan rallado

·         1 cucharada de bicarbonato

·         1 cucharadita de sal

·         1 pizca de pimienta negra

·         Aceite de oliva suave

 

Preparación:


Después de dejar en remojo los garbanzos 24 horas antes, los escurrimos y los dejamos sobre un papel absorbente.

Hay que triturarlos «sin cocer» junto con las cebollas, los ajos, el perejil, el cilantro fresco y una taza de agua. Mezcle hasta conseguir una textura espesa. Añadir la sal, el comino molido, la pimienta negra, el bicarbonato y mezclar un poco. Lo tapamos con un paño limpio y dejamos reposar la mezcla durante 30 minutos.

Si nos queda demasiado húmeda por lo que le es difícil formar bolitas, se puede añadir un poco de pan rallado, harina de trigo o mucho mejor, harina de garbanzo.

Esta masa se puede congelar para freírla en otra ocasión. Al igual que con las croquetas se fríe directamente sacadas del congelador.

Y si estamos deseando hincarles el diente, freírlas en abundante aceite a fuego medio hasta que se pongan dorados. Servir caliente.

 


¡Delicioso!


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