Abeja doméstica |
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Fragmento del poema
“Anoche cuando
dormía”.
Antonio Machado Ruiz
Del latín apiculam. Es el único insecto que produce alimentos
consumidos por el hombre. La especie común es Apis mellifica, que comprende
diversas variedades, de las que la más conocida en España es la abeja negra, un
insecto de color pardo oscuro. Se dice que al igual que las hormigas,
evolucionaron a partir de avispas. Se estima que mil cien picaduras de abejas serían
fatal para cualquier ser humano.
Una colonia de abejas comprende tres tipos distintos de individuos:
Anatomía de una abeja |
Las obreras.
Son las que normalmente vemos, no
están desarrolladas sexualmente y suelen medir un centímetro y medio. Constituyen
la mayoría de una colonia, entre diez mil a sesenta mil. Tienen diversas
funciones entre las que destacan la construcción de la colmena, la nutrición de
las recién nacidas y el aprovisionamiento de miel, polen y agua. Cuando una obrera ha detectado una fuente de
alimento regresa a la colmena para efectuar una “danza” que constituye una
especie de lenguaje, descifrado por Karl R. von Frisch, destinado a alertar a las demás libadoras e
indicarles con precisión la dirección y la distancia del botín. Su sentido del olfato es similar al de los
humanos, pero el sentido del gusto es diferente y utilizan el sol como compás
para orientarse. A este etólogo austriaco se le otorgó el Premio Nobel de
Fisiología y Medicina en 1973, junto a Konrad Lorenz y Nikolaas Tinbergen. Las
abejas pueden ver todos los colores excepto el rojo. En plena estación de
trabajo, una abeja obrera vive de cuatro a seis meses, mientras que en período
invernal la vida de la obrera es de cinco a siete meses. Baten sus alas unas
once mil cuatrocientas veces por minuto, de ahí su zumbido característico. El
cuerpo comprende cabeza, tórax y abdomen. Tienen seis patas, dos ojos, dos
alas, una bolsa de néctar y un estómago. El tórax está formado por tres
anillos, de la parte ventral de cada uno de ellos, salen un par de patas con función locomotriz;
cada par posee además otras funciones: el tercer par de patas de la abeja
obrera tiene una cestilla que sirven para transportar los granos de polen. Posee más de cuatro pares de glándulas para
la cera. El abdomen, que carece de apéndices, está segmentado en anillos
visibles, seis en la hembra y siete en el macho. Las hembras poseen en el
último anillo un aguijón portador de veneno.
El aguijón de la abeja común obrera, al clavarse, queda fijado en la
herida que causa y el insecto mutilado muere.
La reina.
Única en la colonia, es una
hembra fecunda, con un abdomen muy largo y su trabajo es sencillo: pone los
huevos de la nueva generación de abejas. Suele medir dos centímetros. Sus
órganos bucales están atrofiados, ya que no liba el néctar de las flores. La
reina unos días después de su nacimiento; sale de la colmena, es el vuelo
nupcial; perseguida por numerosos machos; de los que solo uno podrá llegar a
fecundarla. Una vez fecundada en pleno vuelo, vuelve a la colmena y empieza a
poner huevos en las celdillas de cera, puede poner hasta doscientos mil huevos
en un año. La puesta durará toda su
vida, de tres a cuatro años aproximadamente, con periodos de reposo en invierno
y de gran intensidad en primavera. También pone orden en el trabajo de la
colmena desarrollando productos químicos que guían el comportamiento de las
demás. Si muere, las obreras crean una nueva abeja reina alimentando a una de
las obreras con una dieta especial: la jalea real.
Los machos o zánganos.
Se desarrollan a partir de huevos
no fertilizados y por tanto son haploides con un solo juego de cromosomas. Rechonchos
y peludos tienen una vida relativamente breve; viven únicamente en la estación
cálida y en número limitado, que oscila entre algunos centenares y algunos
miles. No tienen aguijón. Su único trabajo es aparearse con la reina.
El ecosistema.
Las abejas además de productoras
de miel, son indispensables para la polinización de las flores y las plantas.
Constituyen un elemento muy importante en la cadena interactiva de los ecosistemas. Su papel es muy importante en los diversos
ciclos de la vida de diversas especies.
Sin abejas no hay miel, pero sobre todo no hay reproducción; desaparecerían
determinadas especies vegetales, con lo que desaparecerían algunas especies
animales. “Si la abeja llegara a desaparecer, el hombre desaparecería en pocos
años”, profetizaba Einstein.
Investigadores de todo el mundo analizan los motivos de la disminución
mundial de las colonias de abejas en las últimas décadas; el cambio climático,
la contaminación, los pesticidas. Las
abejas contribuyen en gran medida al equilibrio ecológico, y son parte de la
cadena alimentaria, en la cual es esencial la armonía entre todos los
elementos. Debemos recordar la importancia de la biodiversidad; es decir, la
variedad de especies animales y vegetales y su protección, para mantener la
sostenibilidad del planeta.
Colmena tradicional |
Bonito fragmento poético e interesante explicación!Gracias Marieta.
ResponderEliminarGracias a ti Caleti por leerme. Un abrazo
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