Sirena John William Waterhouse |
LES SIRÈNES
Je suis absolument bouleversée. Tout ce que j’ai lutté pour arriver à avoir
mon mari. Il est, de naissance et comme hobby, …le parfait Don Juan. Puisque
nous toutes possédons les mêmes attributs, bien que certaines savent mieux les
exposer, j’ai utilisé l’intelligence et j’ai su emporter le morceau…
Il adore la mer. Il possède une zodiac et nous allons assez souvent de Santa
Pola à l’île de Tabarca. Tout le monde nous dit qu’avec le moteur de la zodiac c’est une vraie
folie…. Mais il est comme ça. Un
téméraire. Je prends le canot toute apeurée car je suis d’intérieur, je ne sais
pas nager, ni conduire un bateau … et, en plus, je suis allergique au poisson…
Pendant des mois, il n’y eut aucun nuage dans notre bonheur. La solitude du
bateau nous unissait comme je n’aurais jamais pu imaginer. Il péchait, se
baignait et revenait à moi qui pendant ce temps me donnais à la lecture.
Un après-midi nous étions absorbés par un magnifique coucher de soleil, nos
mains unies, ma tête reposant sur son épaule et écoutant au fond … un chant
absolument mélodieux. Nous nous réjouissions avec ce son jusqu’à ce que le
bateau plongea d’un côté. Nous nous retournâmes à la fois et nous trouvâmes un
merveilleux sourire et le buste d’une femme se balançant au gré des vagues. Sa
queue de poisson se berçait à un rythme hypnotique. La mélodie caressait toujours
nos oreilles. Je fermai les yeux et les ouvrit deux fois de suite parce que je
ne pouvais pas croire ce que je voyais…
L’apparition m’ignorait complètement. Elle ne regardait que lui et il ne la
quittait pas des yeux. Ses yeux lui disaient ce qu’ils ne m’avaient jamais dit.
Cet être magique, avec son regard et son sourire, lui promettait un monde
merveilleux. L’attraction était bien visible. Mon homme se leva faisant
chanceler le bateau dangereusement et, sans rien dire, plongea dans la
Méditerranée.
Je suis encore abasourdie. La sirène disparut avec lui… Et je suis restée
en pleine mer.
La traductora se presenta:
Soy María Ramírez Sánchez, nací en Melilla y con 8 añitos fui a vivir a
Oujda, una ciudad del entonces protectorado francés del norte oriental de
Marruecos, a muy pocos kilómetros de la frontera con Argelia. Con 21 años me vine a Madrid, donde he
trabajado haciendo traducciones francés-español hasta mi jubilación, y
donde he formado una bonita familia de la que me siento muy orgullosa.
El cuento en español
SIRENAS
Estoy desquiciada. Con lo que me ha
costado conseguir a mi hombre. Él, de nacimiento y como hobby, es… el perfecto
mujeriego. Como todas tenemos lo mismo, aunque a unas les luce más que a otras,
utilicé la inteligencia… y me llevé el gato al agua.
Le encanta el mar. Tiene una zodiac
y vamos de Santa Pola hasta la isla de Tabarca. Nos dicen que con el motor de
la zodiac es una locura pero él es así. Un temerario. Me subo al bote con el
corazón en la garganta porque soy de secano, ni sé nadar, ni llevar una barca…,
el pescado me da alergia.
Durante meses ninguna nube oteó en
nuestro horizonte. La soledad de la barca nos unía lo que nunca pude imaginar.
Pescaba, se daba un chapuzón y volvía a mí, que
permanecía leyendo en aquella chalupa.
Una tarde nos quedamos los dos
ensimismados con una puesta de sol maravillosa, las manos unidas, mi cabeza
sobre su hombro y de fondo… un canto melodioso. Nos recreamos en el sonido
hasta que sentimos un peso en el lateral. Miramos a la vez y nos encontramos
con una sonrisa preciosa y un busto de mujer meciéndose entre las olas. Su cola
de pez se bamboleaba a un ritmo hipnótico. La melodía seguía acariciando
nuestros oídos. Cerré los ojos y los volví a abrir
dos veces porque no me creía lo que estaba viendo.
Lo que es la aparición pasaba de mí.
Solo tenía ojos para él y él no apartaba de ella su mirada. Sus ojos le decían
lo que nunca me habían dicho a mí.
Aquel ser mágico
con su mirada y su sonrisa le prometía un mundo maravilloso. La atracción se
hacía patente. Mi hombre se levantó haciendo que la barca se moviera con gran
peligro y sin previo aviso se hundió en el Mediterráneo.
Sigo sin reaccionar. La sirena
desapareció con él… y yo estoy mar adentro.
© Marieta Alonso Más
La autora comenta:
María es una de esas personas que si se tiene la suerte de conocer (como yo la he tenido) solo traen dicha a nuestro alrededor. Gracias María por ser como eres. Gracias por esta traducción. Gracias por estar aquí. Eres un cielo de persona.
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