(En redondillas, finalizando en una lira)
Artefacto
multiforme,
acrisolado
utensilio,
necesario en un
principio,
ya pieza del
uniforme.
Convergencia de
sonidos,
bellas palabras y
sones,
cháchara y
conversaciones,
que imperan en los
oídos.
Huésped de las
caracolas
sin dejar mucha
distancia,
con plática en
abundancia
de paupérrimas
parábolas.
Antesala al
hormiguero,
reino del chisme y
el traje,
del enredo y del
ultraje,
la tapa del
sumidero.
Mariposa diminuta
que susurra
repicante
el comentario
picante
e hiriente de la
cicuta.
Lisa lapa
permanente
asida a nuestra
voluta,
verduga altiva y
poluta
que corrompe
nuestra mente.
Talismán
procesional,
Gran Hermano
vigilante,
solucionador
andante,
menoscabo
neuronal.
Novia y novio
susurrante
falto de corazón y
alma,
de la Industria la
gran calma,
de las personas,
su amante.
Claro confesor de
dios,
el mentidero del
diablo,
un flagelo del
vocablo,
del tedio, sus
episodios.
Herramienta
arrogante,
de música
infamante;
de alma,
narcotizante;
del lozano
corazón, injuriante;
para la poesía,
irrelevante.
© Antonio Portillo
Casado
Singladuras: http://narradores.club/23_antonio-portillo-casado
Gracias querida amiga.
ResponderEliminarGracias a ti por tus colaboraciones y buen amigo.
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