miércoles, 23 de noviembre de 2022

Julia de Castro: Las nieblas de Avalon de Marion Zimmer Bradley




Hoy os traigo uno de mis libros favoritos, de esas joyas que guardas como oro en paño y que relees, de tiempo en tiempo, con la misma emoción y las mismas ganas una y otra vez. Y, por si fuera poco, son cuatro entregas inolvidables.

Esta recreación de la leyenda Artúrica me atrapó desde la primera página. Podría decir que me enganché a las maravillosas y ricas descripciones de una tierra y un tiempo míticos que despliega la autora que además de estar bien documentada, nos presenta una enorme profusión de extraordinarios y místicos escenarios y personajes complejos, con sus luces y sus sombras, en los cuatro tomos que componen la novela: Experta en magia, La reina suprema, El rey cuervo y El prisionero en el roble. Todo ello ya haría que mereciera la pena atreverse a leer las casi mil doscientas páginas que presenta la edición de Círculo de Lectores, que es la que yo atesoro, pero es que hay mucho más y no tiene desperdicio.

Por una vez, la historia se cuenta desde el punto de vista femenino. Aquí, Morgana, Ginebra, Viviane, Igraine y Morgause no son meras compañeras de los protagonistas, ni amas de casa sumisas, ni mujeres florero, ni figuras planas en segundo plano. Aquí son las que llevan el peso de la trama, con poder y fuerza para mover los hilos del argumento. Y por si esto no fuera suficiente, Marion Zimmer Bradley se atreve a mostrar a Morgana de Fey, la tradicional bruja oscura, cruel, malvada y culpable de los males que asolan Camelot, de manera muy distinta a como estamos acostumbrados.

En estas páginas que hoy os presento, vamos a recorrer el camino que el destino tiene asignado a Morgana; pequeña hija de rey, joven sacerdotisa de la diosa y adulta soberana, pero también, mujer enamorada, utilizada, frustrada, que se revela a los designios de la diosa y de la tradición, en un mundo que empieza a dejarse impregnar por las incipientes y castrantes creencias cristianas para olvidar una forma de vida ancestral ligada inexorablemente a la naturaleza, sus ciclos y sus exigencias, aquello que la vieja religión ha propugnado y respetado siempre y que el avance del cristianismo va a sumir en las brumas más espesas.

Esta Morgana es, sin duda, una de mis debilidades, en contraposición con el fanatismo y la beatorra pusilanimidad de una Ginebra que va a conseguir enlodar las más bellas tradiciones y las más antiguas y arraigadas convicciones.

Esta es la versión con la que me quedo de la leyenda artúrica, mucho más rica, libre y liberadora que, aquella que, literatura y cine, han mostrado hasta la saciedad, historias de leales y honorables caballeros.

Si os atrevéis a enfrentaros con ella, estoy segura de que no os va a dejar indiferentes.


 ©Julia de Castro

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