sábado, 17 de junio de 2023

Baalbek (Líbano): Ciudad sagrada de los fenicios

 

Templo de Júpiter - Foto: Ángeles Alonso


Entre las cadenas montañosas del Líbano y el Antilíbano se abre el valle de Bekaa. Regado por las aguas del río Litani ha sido una fértil y agrícola región, pero también el camino natural por el que discurría la ruta caravanera que enlazaba el desierto sirio con la costa.

Su nombre se podría traducir como «Señor de la Bekaa» y evoca su función de santuario con el culto a la tríada formada por Baal, su esposa Anat y su hijo Aliyan. Baal fue creciendo en importancia: para los giblitas de Biblos era Adon, para los griegos Adonis, en Sidón era Asmún y en Tiro Melqart.

En época de Alejandro Magno el santuario de Baalbek pasó a ser Heliópolis. Bajo la pax romana, Baalbek se convirtió en uno de los santuarios más concurridos del Imperio y Baal se convirtió en Júpiter, Anat en Venus y Aliyan en Mercurio. Fue reconstruido a una escala grandiosa y es a Augusto a quien se le atribuye el diseño del nuevo santuario. Abandonado poco a poco durante la época bizantina, los templos de Baalbek fueron reutilizados como fortaleza por los árabes y cayeron en el olvido durante la conquista otomana. El tiempo y los terremotos se encargaron de opacar su antigua grandeza, pero las ruinas que hoy podemos ver dan testimonio de lo que fue.

Según algunas leyendas en las proximidades de esta ciudad sagrada vivió Adán, Abel fue asesinado, Noé fue enterrado, Abraham tuvo residencia en Baalbek y santa Bárbara muere aquí. Agatha Christie pasó tres meses en este yacimiento arqueológico con su marido. Muchos literatos, políticos y arqueólogos no han perdido la oportunidad de visitarla.


Vista actual del Panteón. Foto: Ángeles Alonso

En las ruinas podemos apreciar el enorme Templo de Júpiter del que solo quedan los muros y algunas dependencias y el más pequeño Templo de Baco. Fuera del perímetro el Templo de Venus. Nada más traspasar la entrada principal unas escaleras suben hasta el Propileo o pórtico. Luego el patio hexagonal y el gran Patio con su enorme explanada que nos dirige al Templo de Júpiter. Algunos de los bloques de piedra caídos se cuentan entre los más grandes tallados del mundo, con más de mil toneladas de peso. El Templo de Baco, obra maestra de la arquitectura grecorromana. Se considera uno de los más bellos de Oriente Medio. La Mezquita y las fortificaciones mamelucas están en el ángulo suroeste del recinto. Al final los subterráneos y el Templo de Venus que más tarde se convirtió en basílica cristiana.

Patrimonio de la Humanidad desde 1984.

Templo de Baco - Foto: Ángeles Alonso


Una experiencia digna de vivirse

 

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