Entre las cadenas montañosas
del Líbano y el Antilíbano se abre el valle de Bekaa. Regado por las aguas del
río Litani ha sido una fértil y agrícola región, pero también el camino natural
por el que discurría la ruta caravanera que enlazaba el desierto sirio con la
costa.
Su nombre se podría traducir
como «Señor de la Bekaa» y evoca su función de santuario con el culto a la
tríada formada por Baal, su esposa Anat y su hijo Aliyan. Baal fue creciendo en
importancia: para los giblitas de Biblos era Adon, para los griegos Adonis, en
Sidón era Asmún y en Tiro Melqart.
En época de Alejandro Magno
el santuario de Baalbek pasó a ser Heliópolis. Bajo la pax romana, Baalbek se
convirtió en uno de los santuarios más concurridos del Imperio y Baal se
convirtió en Júpiter, Anat en Venus y Aliyan en Mercurio. Fue reconstruido a
una escala grandiosa y es a Augusto a quien se le atribuye el diseño del nuevo
santuario. Abandonado poco a poco durante la época bizantina, los templos de
Baalbek fueron reutilizados como fortaleza por los árabes y cayeron en el
olvido durante la conquista otomana. El tiempo y los terremotos se encargaron
de opacar su antigua grandeza, pero las ruinas que hoy podemos ver dan
testimonio de lo que fue.
Según algunas leyendas en las
proximidades de esta ciudad sagrada vivió Adán, Abel fue asesinado, Noé fue
enterrado, Abraham tuvo residencia en Baalbek y santa Bárbara muere aquí.
Agatha Christie pasó tres meses en este yacimiento arqueológico con su marido.
Muchos literatos, políticos y arqueólogos no han perdido la oportunidad de
visitarla.
Vista actual del Panteón. Foto: Ángeles Alonso
En las ruinas podemos
apreciar el enorme Templo de Júpiter del que solo quedan los muros y algunas
dependencias y el más pequeño Templo de Baco. Fuera del perímetro el Templo de
Venus. Nada más traspasar la entrada principal unas escaleras suben hasta el
Propileo o pórtico. Luego el patio hexagonal y el gran Patio con su enorme
explanada que nos dirige al Templo de Júpiter. Algunos de los bloques de piedra
caídos se cuentan entre los más grandes tallados del mundo, con más de mil
toneladas de peso. El Templo de Baco, obra maestra de la arquitectura
grecorromana. Se considera uno de los más bellos de Oriente Medio. La Mezquita
y las fortificaciones mamelucas están en el ángulo suroeste del recinto. Al
final los subterráneos y el Templo de Venus que más tarde se convirtió en
basílica cristiana.
Patrimonio de la Humanidad
desde 1984.
Una experiencia digna de vivirse
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