Camila Paz Editora |
Colección El pez volador
Se supone que me toca hablaros hoy de mi papel como editora de ¿Habla usted cubano?, el primer libro de cuentos de Marieta Alonso Más, y también primer libro de la colección El pez volador.
Pero como sé que habéis asistido ya a muchas presentaciones de libros y conocéis esta tarea (leer, releer, seleccionar, cortar, corregir, presupuestar, volver a leer, de nuevo releer para cambiarlo todo de lugar) me ha parecido mucho más apropiado hablaros hoy de zoología.
Porque todo esto (la colección, el primer libro, la primera autora, esta presentación) empezó cuando “un pez volador saltó por encima de su brazo”, como dice Hipólito Navarro en su famoso cuento; todo empieza con este pez que salta hoy por encima de todos nosotros. “Un pez volador saltó por encima de su brazo”, del de Marieta Alonso, me imagino, del de Carmen Dorado, a punto de sacar también su libro, y cuando se coló en el barco, que es una bañera en el cuento de Poli, la navegación por el mundo de la escritura ya no pudo ser igual. No, no con un pez que agita sus alas en el regazo de quien se esfuerza en escribir, las cosas ya no se ven de la misma forma, porque si un pez puede volar, ¿qué no puedo hacer yo, autor esforzado que busca y rebusca en sus cuentos, que hace, deshace, debate, que es criticado en taller, que admira a otros autores, que trabaja con esmero y un día encuentra, por fin, su voz?
Vuelvo a la zoología. El pez volador, dice la ciencia, pertenece a la familia de los exocétidos. Si hacemos un poco de etimología (y como estudié griego es algo que me cuesta evitar), sabremos que .. .. .. significa “fuera” y .. .. .. .. .. .. /cetos “cama, lecho”. Ah, entonces un pez volador es el que tiene su cama fuera, el que elige arroparse de estrellas aunque vararse en la noche pueda costarle la vida. ¿Por qué? Porque el océano ya no es suficiente para ellos, necesita conocer qué pasa fuera, qué ofrecen otros mundos.
El pez volador tiene forma de torpedo, una cola ahorquillada de corte irregular y cuatro, sí, cuatro alas que le permiten sobrevolar la superficie. Y así es la “Colección El pez volador”, del Taller de Escritura de Clara Obligado, que hoy inauguramos aquí. Está llena de autores que agitan sus alas, cuatro, ocho, dieciséis, treinta y dos, y quieren salir a ver el cielo, una bandada de peces escritores en busca del libro que los saque a cubierta (en todos los sentidos), que los mantenga a flote en un vuelo corto porque,
ya lo sabéis, la literatura está aquí para salvarnos.
El primer pez aletea aquí en la mesa, ve luces en el cielo y sale a su encuentro, no sabe qué le espera pero el impulso es tan fuerte que ya sólo puede salir y trabajar para que el viaje sea largo, a pesar de los obstáculos.
Alzamos hoy el vuelo gracias a muchas personas con agallas.
Hipólito Navarro nos ha dado la bendición como maestro cuentista y nos ha regalado tu frase y con ella todo un significado.
Marieta Alonso y Carmen Dorado han agitado las aguas y se han apoyado en nosotras para el despegue.
Myriam Cea ha diseñado con la implicación propia de quien ama su profesión la forma de nuestro viaje, ha cuidado cada detalle, cada escama, para surcar los aires con el mejor equipamiento.
Clara Obligado no deja de tener ideas felices, pues no para de trabajar por y para la literatura, para la suya y para la de los demás, y el resultado es excelente (aunque qué voy a decir yo), como se puede comprobar en sus libros y en los que apoya desde su convencimiento de que en la buena literatura encontrará la verdad.
Tres rosas amarillas nos da el mejor cobijo, tiene un pez volador en el techo y una palmera, y un millón de cuentos para ofrecer. Qué más se puede pedir.
Queda claro que El pez volador es un bicho especial. Hace algún tiempo estuvo protegido, no hay muchos en el mundo. Por eso, los ejemplares de ¿Habla usted cubano? y todos los que vendrán están numerados y firmados, todos y cada uno de ellos.
Hay pocos, señores, y los traigo fresquitos, no los dejen escapar que vuelan, me los quitan de las manos, compren libros y disfruten de la mejor literatura.
Camila en su papel de editora, entrañable. Es un placer trabajar con alguien como ella, con esa ilusión que tramite en cada gesto.
ResponderEliminarCarmen Dorado
Triunfo total. Esta chica llegará lejos. Y no olvidemos a Myriam Cea como diseñadora. Un equipo fantástico que se merece un gran reconocimiento.
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