Esta iglesia fue mezquita de Bab-al-Mardum y se encuentra en
el barrio de San Nicolás, en Toledo, a la entrada de la ciudad, traspasando la
Puerta Antigua de la Bisagra.
Se levantó en el 999, unos años antes de la caída del
Califato. Fue convertida en Iglesia de los Hospitalarios en 1187, por el
arzobispo don Gonzalo Pérez, bajo la advocación de la Santa Cruz, según se le
denomina en los documentos mozárabes del siglo XIII.
Tenía
planta califal cuadrada de unos nueve metros de ancho. Se construyó con
sillares romanos en sus partes bajas, mientras las altas se hicieron con
aparejo alternado de cajones de argamasa con verdugadas de ladrillo. El haram
se abría a tres de sus lados permaneciendo cerrado solo el muro de quibla con
el mihrab en medio.
Cristo de la Luz (Toledo) Interior |
El
interior se divide en nueve ambientes por cuatro sencilla columnas. El sistema
de soportes permite la visión de todo el interior, pero sobre cada una de las
columnas se apoyan cuatro arcos de herradura en los que descansan muros más
altos. Con ello se complica ópticamente un ambiente tan simple. Cada cuadrado
se cubre con cupulillas falsas. Para J. Yarza estas cupulillas tienen su
antecedente en la ampliación de la mezquita de Córdoba de Al-Haken II y son un
mero capricho o pretexto para invención de formas, sin sentido estructural.
La
mayor exhibición de cúpulas formadas por entrecruzamiento de arcos está en la
Mezquita del Viernes en Isfahán en Persia. Se atribuye al siglo X y sería pues
contemporánea del Cristo de la Luz. No hay que olvidar que en la comparación de
las bóvedas de ladrillo que cierran los tramos de nave de la mezquita de
Isfahán y del Cristo de la Luz existen diferencias de cerramiento de ambos
sistemas. Los tramos del Cristo de la Luz están cubiertos con arcos de piedra,
entrecruzándose en combinaciones ingeniosas y los espacios intermedios van
cerrados con mampostería de relleno que casi no puede calificarse de bóveda.
Cristo de la Luz (Toledo) Arcos y bóvedas de las naves |
Lo
esencial es la intersección de los múltiples arcos que forman como una red de
andamiaje. Más apropiado sería comparar las soluciones de cubierta del Cristo
de la Luz con las bóvedas de crucerías góticas; pero éstas son muy posteriores,
mientras que las de Isfahán y otros lugares del Islam, especialmente Córdoba,
son contemporáneas.
El
Cristo de la Luz tiene un ábside poligonal decorado exteriormente con dos
órdenes de arcos. No puede probarse si este ábside data de tiempos del
arzobispo Gonzalo Pérez.
Según
Camón Aznar “… si nos fiamos de las pinturillas del interior, románico-mudéjar,
hechas por los mismos años que las de San Román, el nuevo ábside sería algo
posterior al año 1221”.
Cristo de la Luz (Toledo) Lateral y ábside |
La
adaptación de los ábsides redondos románicos de sillería o sillarejo a la
técnica de la construcción de ladrillo aparece por primera vez en Toledo en la
ampliación de la mezquita del Cristo de la Luz y en la Iglesia de San Román.
En
la segunda mitad del siglo XIII, siguiendo estos dos modelos, se pusieron de
moda en las iglesias los ábsides poligonales decorados con arquerías ciegas. Al
parecer la reconstrucción de la Mezquita del Cristo de la Luz, parece, haber
respetado el primitivo aspecto.
El
pantocrátor, tetramorfos, santos y un clérigo con una maza, son frescos del
siglo XIII. Las inscripciones de caracteres cúficas al parecer carecen de
significado por ser un tipo de decoración de la época.
De
las diez mezquitas que llegó a tener la ciudad es la mejor conservada. Actualmente
está siendo sometido a estudios y trabajos de restauración que intentan atajar,
entre otros males, el agua que daña sus cimientos.
Calzada romana |
Se
ha descubierto en el subsuelo del jardín a más de cinco metros de profundidad
una necrópolis, además de una vía de época romana de grandes losas de granito de
cinco metros de anchura en un estado de conservación perfecto, discurría en
dirección norte-sur y bajo ella se encontró una cloaca.
En
la fachada principal, sobre el friso de celosías hay una inscripción musulmana:
“En nombre de Alá, el clemente, el
misericordioso. Fue reconstruida esta mezquita, renovándose la parte superior
de ella. Se propuso y terminó tan hermosa obra, con el auxilio de Alá, bajo la
dirección de Musa ibn Alí y de Saas, el año 390 de la hégira”.
En
la actualidad es un espacio desacralizado.
Fuentes:
Camón Aznar: Pinturas murales de San Román de Toledo.
Archivo Español de Arete, nº 49, 1942, pp. 50-58.
Pavón Maldonado, Basilio: Arte Toledano: islámico y mudéjar.
Instituto Hispano-Árabe de Cultura. Madrid 1973. Pp. 70 y ss.
Wikipedia, la enciclopedia libre.
Yarza, J.: Historia del Arte Hispánico. Tomo II “La Edad
Media”, Ediciones Alhambra, Madrid 1982. Pp.262 y ss.
Si existe una joya arquitectónica en el sin par joyero toledano que merece destacar, es esta construcción que no es ya iglesia ni mezquita, sino testimonio de la simbiosis cultural que medularmente define a esta ciudad irrepetible
ResponderEliminarHoy Ramón ya no se encuentra entre nosotros. Fue colaborador de este Blog y compañero de letras. Allá donde estés muchas gracias por tus comentarios.
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