La
costumbre
¿Qué por qué asesino? No sé, señor
Juez, quizá solo sea por costumbre.
La
sorpresa
Es verdad que lo maté, pero fue por
hacerle un favor. Siempre me estaba diciendo: Cómo me gustaría morirme así, tan
tranquilo, como por sorpresa. Y aquella noche, mientras él sorbía la sopa, y yo
cortaba un filete, lo miré y sin mediar palabra, de un tajo le corté la
yugular. Estoy seguro, señor Juez, de que me lo agradeció.
Si le partí la cabeza en dos, señor
Juez, no fue porque le tuviera ningún tipo de odio y tampoco me había hecho
nada. Es que su cabeza tenía forma de melón. De pronto pensé, ¿tendrá pepitas
en el cerebro?
Como ve, Señor Juez, simplemente me picó la
curiosidad.
Conversaciones con el Juez: La costumbre - La sorpresa - La curiosidad por Malena Teigeiro se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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