Malena me trajo esta receta que perteneció a su madre. Es una tarta de
manzana que antiguamente hacían en Ceé y la denominaban “Coca de manzana”.
Tiene
un problema y es que no puedes dejar de comerla, crea adicción, al igual que su
libro publicado con este título que da mucho que pensar: “Una tumba sin nombre,
ni cruz, ni luz de luna”. Leedlo. Os gustará.
Por otro lado, un estudio de la Organización de Mentirosos
Gastronómicos informa que, leer recostado sobre la almohada, quita el insomnio.
Ingredientes:
3 ó 4 manzanas reinetas
3 ó 4 cucharadas soperas de azúcar
1 vasito de anís
1 cucharadita de canela
Para la masa:
1 huevo
1 vasito de leche
harina la que se necesite
200 gramos de mantequilla del tiempo
Se mezclan el
huevo, la leche y la harina hasta tener una masa que se extienda bien. Después
se estira sobre la mesa formando un rectángulo. Se unta con la mantequilla y se
cierra el rectángulo como si fuera un sobre. Se repite la operación cuantas más
veces mejor hasta acabar con la mantequilla.
Si
no hay tiempo para amasar, se puede hacer con masa quebrada.
Las
manzanas se pelan y se les quita el corazón. Se pican como para la tortilla de
patatas. Después se colocan en un recipiente en donde se mezclan con el azúcar
y el anís. Se dejan macerar al menos durante una hora.
Dividir la masa en dos y forrar con una parte un molde. Rellenarlo con
las manzanas maceradas, bien escurridas. Tapar con la otra parte de la
masa. Hacer unos palitos de masa y adornar con ellos. Pincharla con un tenedor
varias veces.
Por último, pintar la tarta con huevo y hornear a 200 grados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario