sábado, 25 de junio de 2016

Brújulas y Espirales: Marieta Alonso Más "Y...¿Por qué?"

viernes, 24 de junio de 2016



"Y ¿POR QUÉ?": HISTORIAS REPLETAS DE VIDA



Y ¿por qué?

Marieta Alonso Mas

Edita Asociación de Escritores de Madrid, Madrid, 2016, 72 páginas


   Hace más de veinte años que el escritor catalán Joles Sennell afirmaba que la literatura infantil y juvenil es aquella que también pueden leer los niños y las niñas. Lo cual no excluye a los adultos porque de hecho existen muchos libros, editorialmente destinados para un público infantil o juvenil, que hacen las delicias de los adultos. Pero no falta quien cree que escribir narrativa catalogada como infantil o juvenil, es propio de escritores de segunda fila que, como no saben hacerlo de forma positiva o al menos decente en la narrativa para adultos, se refugian en el mundo de los libros para niños o adolescentes. Tales juicios y valoraciones son un claro ninguneo de los buenos escritores y escritoras, cada vez más abundantes, capaces de reflejar en sus novelas o relatos, destinados también a lectores infantiles y juveniles, las influencias formales de autores como Kafka, Faulkner o Borges.

   Todo lo anterior puede entenderse como una premisa para gozar hincándole el diente, con justicia y provecho, a los quince relatos que Marieta Alonso recoge y nos ofrece en este su segundo libro en solitario. La autora, cubana de nacimiento, pero con residencia en Madrid desde hace muchos años, fue capaz de sorprendernos de forma muy positiva con sus incursiones en la microficción, en el relato breve, esas pequeñas historias de la recompensa inmediata, recogidas en el volumen de su autoría ¿Habla usted cubano? Un derroche de fantasía, pero sobre todo de escritura sedante.

   Algo similar puedo afirmar de su segunda incursión, directamente con un libro, en la narrativa, Y ¿Por qué?  A pesar de la brevedad de la mayoría de los relatos de esta colectánea, no sería razonable  afirmar que es el formato light  el que le da forma y contenido a las historias que nos regala Marieta Alonso. Seguramente muchas de ellas recogen historias cotidianas, pero no  a ras de tierra, ni con ausencia de temas de fondo. Y sobre todo, habitadas por una desbordante fantasía y por la fascinación de una lengua que fluye con naturalidad, y al mismo tiempo con una tonalidad muy cercana al sentir tanto de un público adulto como infantil. Es el personal acento de la narrativa de Marieta Alonso, que le permite superar con creces la prueba del algodón de la minificción, especialmente porque es capaz de mantener el aliento y fabricar con acierto pequeñas historias que en su mayoría responden al rótulo del libro. El ¿por qué?, el origen de las cosas, el sentido de ciertos  acontecimientos y comportamientos que forman parte de la historia del vivir diario o de la magia.

   Para abrir la lectura con un agradable sabor de boca, Marieta Alonso, hija de la cultura española y americana, nos sorprende con una interesante historia del descubrimiento de América que los padres le cuentan al hijo. Un relato que, sin faltar a la realidad de los hechos históricos, humaniza y reviste de cierta capa de ironía la hazaña del descubridor, de aquel “pirata que robaba seda para que los Reyes se vistieran” (página 17). Y no solo seda, sino también oro y plata “que sirvió para muchas cosas, unas buenas y otras no tanto,” (página 23).

   La fantasía de la autora se entretiene así mismo con un mosaico de piezas híbridas: los cantos del río que pueden tomar vida propia y convertirse en boomerangs; el lugar que van ocupando los pequeños a medida que van creciendo. Con las historias de la abuela, escuchadas de boca de la hermana mayor que define la vocación de la protagonista: de mayor será cuentista. Con el origen chino del helado que Marco Polo descubrió en la corte del Gran Khan Kubilai. Reconstruye así mismo la invasión napoleónica de España -cuando Napoleón se veía gordo en el espejo atacaba un país-; la España de Carlos IV, María Luisa, Manuel Godoy y la derrota de los franceses en Bailén. O se interna en las dificultades de una adolescente que se siente incomprendida, para asumir su situación. Uno de los relatos, en mi opinión, más logrados y atractivos es “Un gato con ínfulas”, en el que la autora humaniza el comportamiento gatuno, pero el animal se niega a ser esclavo de nadie. Y así hasta el relato “El origen de la tierra” que clausura esta selección,  la versión del origen terráqueo planteada por  los tres genios de la clase que, por su parte, se encargan de de instruir al maestro sobre el Real Madrid, “porque un hombre tan culto no podía ser el bufón de sus alumnos por ignorar algo tan grandioso como dar patadas a un balón” (página 70).

   Relatos, en resumen, que derrochan imaginación, ocurrencias, ingrávidas o agudas, y un aparente candor, preñado, no obstante, de talento. Con un estilo sencillo, una lengua pulcra, con menor abundancia de usos locales del español de Cuba que en su anterior libro, Marieta Alonso, convierte, una vez más en esta antología, la vida diaria, el mundo animal o algún retablo de la Historia en prosas condensadas, perseguidoras de sueños. Es ese el hilo conductor y el punto neurálgico de su estrategia narrativa con la que logra transmitirnos historias mínimas, mas repletas de vida.


Francisco Martínez Bouzas



                                                      
Marieta Alonso Más

Fragmentos


El descubrimiento de América


“Pablo con cuatro años tiene novia. Se llama Lidia. De lunes a viernes al salir de la guardería se dicen adiós hasta que son dos puntitos en el horizonte.

Un día la niña le preguntó si conocía a Colón. No. Le preguntó si conocía Cuba. Tampoco. Él conoce a todos los futbolistas de los equipos madrileños, reconoce el coche de su abuelo y de su padre pero en su casa nunca han estado Colón, ni Cuba.

Su madre le ha comprado una pelota que tiene dibujado un mapamundi, para que supiera dónde estaba Cuba y se ha pasado toda la tarde dando patadas al balón y señalando la isla.

A la hora de acostarse pidió a sus padres que le contaran cosas de Colón. A su padre casi le da un soponcio y llamó a la madre para que se hiciera cargo de su erudito hijo. Al final los tres se acomodaron en la cama con un libro de historia y comenzó el relato.”


…..


Un gato con ínfulas


“Mi gato se llama Pelusa y aunque en casa somos muy humildes, el felino, observa mi mamá, nos ha salido pijo. Yo no sé qué quiere expresar con eso pero por el tono en que lo dice debe ser algo muy feo.

No le gustan las sardinas, ni los tejados, ni los ratones y se pasa el día en el patio recostado sobre su lomo con una pata en la cabeza, tomando el sol.

Nosotros en casa somos obreros, eso lo proclama mi papá y no podemos comprarle a mi gato el distintivo que pretende, con su nombre grabado, ni el mejor pienso, ni que el arenero, como tan fino le llama, sea de plata.

Pelusa duerme  a los pies de mi cama y allí me senté para dialogar con él. No debía pedir cosas de plata, intenté convencerle y me contestó con un maullido que él no quería que fuera de plata sino de oro, si es que no nos enterábamos, el latón le daba alergia, necesitaba que fuera de un metal precioso para el bien de su salud y de su futuro porque la gata que tenía en mente vivía en una urbanización de lujo y la primera impresión era muy importante para conquistarla. Él no estaba para sufrir vicisitudes y mucho menos vivir en la miseria, me dijo mientras se lamía una pata.”


(Marieta Alonso Más, Y ¿por qué?, páginas 15, 47-48)

No hay comentarios:

Publicar un comentario