Mujer
sobre alfombra. Acrílico sobre tela
Autora: Socorro González-Sepúlveda
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Hoy ha comenzado el verano y no tengo
ganas de hablar ni de comer. Sin
embargo, abro la ventana de par en par para que penetren los sonidos y los
olores del verano recién estrenado. Los gritos de los niños, del colegio de
enfrente, se mezclan con el piar de los vencejos, que vuelan en desorden
alrededor de los aleros en los edificios altos. Están regando las calles. Entra
por la ventana un fuerte olor a tierra mojada, que me traslada al patio recién
regado de mi infancia donde cenábamos en verano.
Luego, bajo un poco la persiana para
que la luz atenuada entre en el interior de la casa. Me siento segura en la
intimidad que proporciona la semioscuridad. Después, dejo que la luz entre
despacito en mi interior iluminando los recuerdos de otros veranos, lejanos en
el tiempo, pero intensamente vividos: mis primeras lecturas durante la siesta,
los primeros encuentros, las primeras emociones amorosas. El comienzo del
verano, como el comienzo del amor está lleno de incertidumbres, días largos,
cosechas, fruta madura y sueños de amor correspondido.
¿Por qué recuerdo, particularmente,
aquel verano? ¿Por qué pienso con pena
en aquel chico de ojos tristes, que me pedía una y otra vez un baile y que
yo, caprichosamente, le negué? Meses después, murió en un accidente de tráfico.
Cierro los ojos y me abandono por
completo al recuerdo de aquel amor de adolescentes interrumpido trágicamente,
aquel amor que se quedó en promesa. El recuerdo es tan intenso que, la risa de
los niños y la algarabía de los vencejos se convierten en la música de baile en la plaza del pueblo
en fiestas y, vuelvo a revivir aquel momento. Sin poder resistir la mirada
triste de aquel chico, lloro.
─¿Qué haces ahí frente a la ventana,
con los ojos cerrados y a media luz? ─dice mi marido, que acaba de llegar,
mientras me abraza-
¿Estas llorando?
─No,
es que… -digo,
sin poder contener las lágrimas-
hoy ha comenzado el verano y no tengo ganas de hablar ni de comer.
© Socorro González- Sepúlveda Romeral
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