Ha sido un largo viaje hacia la nada,
hacia el vacío de un abismo entrecortado.
Los pasos se me antojan rectilíneos y anodinos.
Reinterpretando un pasado que parecía olvidado
en las profundidades de un espacio despintado.
Dirigiéndome a una vida sin purpúrea pasión,
vuelvo a mirar a mi alrededor para nutrirme
de lo inmediato, de lo necesario,
de lo eternamente inevitable.
Atrás quedaron los juegos del arrollador destino
imponiéndose a lo lardo de este largo camino.
El sonido de la lluvia mojando las praderas
y violentado el aroma de las flores
con una explosión de otoñales resplandores.
Un final esperado y un forastero inicio acontecido
penetran en el angosto límite de este latido
desbordado de alegrías penas inseguridades,
de condenas incertidumbres y contentos,
que camina de nuevo hacia otros ensueños.
Vagabundo en busca de la ansiada belleza
amiga inseparable de cada ilustre certeza.
© Sol Cerrato Rubio
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