jueves, 9 de enero de 2020

La cocina a mi alcance: Mero a la naranja




Del mar, el mero; de la tierra, el cordero. 

Eso dice el refranero español.

Es bastante común confundir la carne del mero con la del marrajo y el emperador, pero son muy diferentes. El mero, garopa o cherna es feo, sabe muy rico, pero es feo. Tiene un cuerpo robusto, con una cabeza grande donde resaltan los ojos globosos y unas grandes mandíbulas. La inferior sobresale con respecto a la superior. Es de color marrón con manchas blancas. Es un pez solitario. Se alimenta de pulpos y otros crustáceos. Se aparea durante el verano. Y es hermafrodita. A lo largo de su vida el mero cambia de sexo pasando de hembra a macho.

Mi amiga Irene dice que hay que comer pescado dos o tres veces a la semana, que ayuda a perder peso, que favorece el desarrollo intelectual, que fortalece los huesos, que protege el corazón, que se digiere fácilmente, que nutre los músculos, que aumenta las defensas, y que se cocina de mil maneras. Desde que está suscrita a Saber Vivir no hay quien la aguante.

Se ha presentado con esta delicia y me ha dejado la receta para que la próxima vez lo haga yo. De ilusión también se vive.

Ingredientes para cuatro personas:

Cuatro rodajas de mero
Zumo de dos naranjas
Zumo de medio limón
Tres dientes de ajo
Aceite de oliva
Sal y pimienta
Unas hebras de azafrán
Dos cucharaditas de harina de maíz refinada
Agua

 Preparación:

Salpimentar las rodajas de mero y dorarlas durante cuatro minutos por cada lado junto con los ajos fileteados en una cazuela con aceite bien caliente.

Agrega las hebras de azafrán y el zumo de naranja y limón, dejadlo hacer durante unos ocho minutos. Pasado este tiempo añade la harina de maíz refinada diluida en un poquito de agua. Dad un hervor para que espese la salsa y: 


¡A comer!

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