Todo comenzó como lo hacen
las grandes historias, con una comida de amigas, Loly nuestra querida alcohólica
anónima, aunque nunca la hemos visto embriagada llegó con un plato delicioso. Sus
recetas siempre llevan licores espirituosos: calamares al brandy, espaguetis
con salsa de vodka, langostinos al whisky, y de postre helado de ron con pasas.
Nos ha prometido que todo, todito, lo probaremos, pero que hoy el protagonismo
se lo lleva el Salmón al Cava.
—Si nos centramos en la
historia —así comenzó Márian, que es la erudita del grupo— de una plaga surgió
una oportunidad.
Al parece cuando la filoxera arrasó
los viñedos del Penedés, se apostó por sustituir las variedades tintas por una
uva blanca local y de calidad. La visita del rey Alfonso XIII supuso un
importante reconocimiento a los vinos espumosos de la zona. Aparece por primera
vez la palabra Cava en un documento oficial y más tarde se constituye el
Consejo Regulador de los Vinos Espumosos.
—Déjate de rollo —pidió
Mariví y calló de repente.
Esperanza estaba poniendo en
el centro de la mesa, una bandeja con botellas de Cava y en la etiqueta con
grandes letras rojas resplandecía el nombre de cada una de nosotras.
Aquello más que una comida
fue un festín. Y como lo que sucede en casa debe quedarse en casa, con mucha discreción
no cuento más. Esa tarde salimos a tomar el fresco.
Ingredientes:
4
lomos de salmón sin piel
1
botellín de Cava
1
brick de nata
1
cebolla grande
Preparación:
Pochar la cebolla, incorporar
el botellín de cava. Esperar a que se evapore el alcohol y luego incorporar el
salmón.
Cinco minutos al fuego. Echar
la nata y con movimiento sexy retirar del fuego la cazuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario