“El tatuador de Auschwitz” de Heather Morris, novela basada en hechos reales, lo que no significa que todo lo que se cuenta en el libro lo sea. Es, en definitiva, la esencia de la historia de Lale y Gita Sokolov, en un campo de concentración nazi.
De alguna manera, estos dos judíos eslovacos consiguieron, no solo sobrevivir al horror y la muerte de Auschwitz-Birkenau, sino que allí, en el infierno en la tierra, se encontraron y eso fue la razón poderosa que les mantuvo vivos y esperanzados mientras vivieron en el campo de la muerte.
Él, trabajando como tatuador de prisioneros gracias a Pepan, también en el infierno puede haber ángeles, conoce a Gita cuando tiene que grabar en su brazo uno de los números ignominiosos del holocausto.
Desde esa primera mirada entre ambos, la vida les cambiará. El amor que así nació duraría para siempre.
"Lale levanta la vista hacia aquellos ojos asustados. Los labios de ella se mueven dispuestos a hablar. Él le aprieta con fuerza el brazo para detenerla. Ella lo mira y Lale le hace un gesto con la boca: «Chisss». El hombre de la chaqueta blanca le suelta la cara y se aleja.
—Bien hecho —susurra Lale mientras se dispone a tatuar los dígitos restantes: 562."
La vida en el campo de concentración no es un marco apropiado para la ilusión y los planes de futuro, pero aun así, ese amor a primera vista, consigue hacerlos sobrevivir a los tiempos más negros para comenzar una nueva vida juntos en Australia.
La novela presenta a un héroe, Lale Sokolov, que lucha por ayudar no solo a Gita, sino a otros muchos prisioneros, aunque de la lectura de estas páginas, en algún momento podemos tener la sensación de que nos estamos acercando a un oportunista, un preso próximo a los mandos de las SS que sobrevive haciendo intercambios con ellos. Sutil es la línea entre el héroe y el oportunista en situaciones tan extremas. ¿Qué era Schindler, héroe u oportunista? En la vida real nos encontramos situaciones en las que no parece sencillo elegir entre blanco o negro y en cambio se nos presentan miles de matices de los más variados grises.
Lo cierto es que Lale, con sus chanchullos y sus contactos, hizo un poco más llevadera la vida de algunos presos y se mantuvo vivo y cuerdo, esto se parece bastante al heroísmo.
Esta historia nace de la pluma de Heather Morris, nacida en Nueva Zelanda que en 2003 conoció a un anciano con una antigua historia que contar. Se trataba de Lale Sokolov.
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