Resulta difícil creer que la Calzada
de los Gigantes no haya sido hecha por la mano del hombre. Está localizada en
Portrush, en la punta más extrema de la costa septentrional de Irlanda del
Norte, condado de Antrim, frente al canal del Norte a unos veinticinco kilómetros
al noreste de Coleraine, entre Causeway Head y Benbane Head. Fue descubierta en
1693.
La altura media de los acantilados es
de unos cien metros y se extiende a lo largo de seis kilómetros.
Se trata de una serie de gigantes
peldaños de basalto que forman un conjunto de formaciones geológicas de
inusitada belleza. Son cuarenta mil columnas de basalto unas junto a otras con
un diámetro máximo de medio metro y una
altura de seis metros. La mayoría son hexagonales, pero también las hay de
cuatro, cinco, siete y ocho facetas, en algunos de ellos los hombres con
imaginación han visto formas y les han dado nombre como “la chimenea”, "el camello", “el
arpa”...
Estas formaciones han dado lugar a
muchas leyendas:
Una versión dice que Finn MacCumhail,
jefe de la banda de guerreros conocida como Fianna, construyó la carretera para
poder llegar a su amada en la isla de Staffa, en Escocia donde existe un
fenómeno análogo.
Otra cuenta que dos gigantes: Finn y
Bennandoner, uno de Irlanda y otro de Escocia se odiaban a muerte y se tiraban
piedras que con el tiempo formaron un camino. Un buen día, Bennandoner, el
escocés, decidió enfrentarse a Finn, el irlandés. La astuta mujer irlandesa viendo
venir al gigante escocés, vistió a Finn como si fuera un bebé. Al llegar
Bennandoner y ver a un niño tan enorme pensó que su padre sería tres veces
mayor y regresó pisando tan fuerte las rocas que las iba hundiendo en el mar
para que Finn nunca pudiera llegar a Staffa.
En realidad las causas son mucho
menos románticas; una enorme explosión submarina, miles de años atrás, arrojó
basalto derretido que terminó solidificándose en estos inmensos cristales.
Hay un itinerario circular que sería
imperdonable, ya que está aquí, que lo dejara de lado. Conviértase en
senderista. No lo olvidará.
Fue declarada Patrimonio de la
Humanidad en 1986.
Fotos: Ángeles Alonso
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